Con un trabajo ingenioso pocas veces visto en nuestra ciudad, durante todos los domingos de septiembre, a partir de las 21, en La Sede (San Lorenzo y Entre Ríos) se presentará la ópera grotesca de Giancarlo Menotti La Solterona y el Ladrón, en castellano y escenificada. Esta obra es el fruto del trabajo independiente de un grupo de cantantes de la ciudad, junto a una pianista, director escénico, vestuarista, escenógrafo y cineasta, que han puesto todo de sí para dar puesta a esta hermosa obra, llena de suspenso y comicidad.

Un elenco de profesionales de la lírica local ofrecen esta magnífica versión: Maru Gayol (Miss Todd), Alicia Caruso (Leticia), Marcela Centenaro (Miss Pinkerton) y Sebastián Santana/Jorge Ferrari (Bob), junto a la pianista Patricia Gandini. Todos, con asistencia técnica de Lilen Barberis y dirección escénica de Sebastián Núñez. La puesta se completa con el puntilloso vestuario de Ramiro Sorrequieta, articulado con la ingeniosa y simple escenografía de Luciano Stechina. Minuciosos detalles y recursos audiovisuales son gracias a la caracterización de María Soledad Prince y los videos y films de Gabriel Palermo.

La Solterona y el Ladrón tiene una trama escrita en los años 1930, que evoca los comienzos del cine sonoro y el radioteatro en los Estados Unidos, donde la Ley Seca hace perder la razón a los personajes de la obra, arrojándolos de manera tragicómica en un abismo irreparable de enredos, desamores y ácidas críticas a la sociedad de consumo de la época. Una puesta simple en su estructura pero a la vez elevada en su propuesta actoral e interpretativa, donde se recorre la partitura de Menotti con solidez, grotesco humor y recursos de puesta en escena desestructurados que rompen los límites de la vieja forma de ver y sentir la ópera.

"Una señorita añosa, Miss Todd, recibe todos los días en su casa para tomar el té a su amiga Miss Pinkerton. Juntas recuerdan épocas felices que no tuvieron buen final. Su sirvienta, Leticia, más joven, teme terminar sus días en las mismas condiciones que estas dos mujeres. Llega un mendigo a pedir, lo hacen quedar en la casa, ya que el tiempo está muy feo, y allí surgen los enredos que van a desencadenarse en un impensado final", cuenta la soprano Alicia Caruso a Rosario/12, ampliando el argumento.

"Lo importante de esta puesta es que el libreto, originalmente en inglés, ha sido traducido al castellano, por lo que el público puede disfrutar de la escena entendiendo lo que sucede, sin necesidad de subtítulos. Además, se ha hecho especial hincapié en el realismo de las acciones. Todo sucede en el escenario, la vida misma", agrega.

- ¿Cómo surge el proyecto de creación de este grupo independiente de cantantes de la ciudad?

-El grupo es una reunión de personas que, deseosas de hacer ópera de cámara, reflotaron este título, que fue hecho por primera vez en Rosario por el Teatro de Opera de Cámara de la UNR al que pertenecíamos, alrededor del año 1995. Dijimos: "¿Y si hacemos la Solterona?", y allí aparecieron las ganas de todos. Lo invitamos a dirigir el proyecto a Sebastián Núñez, que es discípulo de Betty Gambartes, con la que tuvimos el honor y la dicha de presentar Las Bodas de Fígaro en el año 2000 para la Opera de Rosario. El a su vez ya tenía en proyecto crear la Opera del Río, y nos invitó gentilmente a iniciar su actividad con este título, a lo que accedimos gustosos. Para esta puesta sumó además escenógrafo, vestuarista, cineasta, maquilladora y otras personas de buena voluntad que se comprometieron a sacar adelante este desafío: llevar al público una ópera en el ámbito de un café concert.

- ¿La elección de este ámbito fue una propuesta del grupo?

- Sí, La Sede aceptó gentilmente proveernos de su hermoso lugar para presentar esta ópera. Así, realizamos una primer temporada de cuatro funciones a sala llena, y ahora apostamos a los domingos del mes de septiembre para llevar adelante la segunda temporada. Dado que el espacio es el café concert, el público está muy cerca, lo cual eleva la magia de esta propuesta escénico-musical.

Con el objetivo de hacer ópera en la ciudad con elencos cien por ciento rosarinos, a la hora de elegir el repertorio a trabajar, este grupo independiente intenta abordar títulos que se adecuen a las posibilidades vocales, económicas y de puesta con las que cuentan. "No es nada fácil -acota la artista-. La meta no es sólo desarrollar nuestra 'veta' de cantantes/actores como parte de nuestra profesión, sino de llevar a todo el público la posibilidad de conocer este género, largamente tildado de 'elitista'. Muchas de las personas que fueron a las funciones de la primera temporada eran primerizas en esto de asistir a una ópera, y quedaron más que felices y sorprendidas de que fuese un hecho tan cercano y divertido", dice.

Sobre la calificación de "ópera grotesca" que la pieza de Menotti ostenta, el título se refiere a que sus personajes y las acciones que realizan son ridículos. En la ópera buffa, su pariente cercano, las acciones y personajes también dan risa. Pero en la grotesca, subyacente a esta comicidad, se puede vislumbrar un entorno doloroso, que hace a sus personajes aún más ridículos y dignos de lástima. "En lo musical, más que nunca están unidos música y palabra. Diría que por momentos la palabra trasciende la música, y así también la gestualidad y 'verismo' escénicos deben estar presentes en primer lugar", agrega Caruso, que concluye: "En mi opinión, esta es una ópera que va a encantar tanto a neófitos como a entendidos. Los que nunca han ido a ver y escuchar ópera, se sorprenderán de estar viendo teatro cantado. Teatro de verdad, vida real. Los que conocen, apreciarán la música bella y a la vez difícil de ejecutar, entrelazada certeramente con la escena. Y todos, pero todos, nos vamos a divertir muchísimo".