Wallace y Gromit: La batalla de los vegetales.

(Wallace & Gromit: The Curse of the Were?Rabbit)

Inglaterra, 2005

Dirección: Nick Park y Steve Box.

Guión: N.P., S.B., Bob Baker, Mark Burton.

Fotografía: Tristan Oliver, Dave Alex Riddett.

Montaje: Dave McCormick, Gregory Perler.

Música: Julian Nott.

Duración: 85 minutos.

Salas: Monumental, Village, Showcase.

Puntos: 8 (ocho)

Nick Park (Pollitos en fuga) es uno de los pocos, si no el único, artesano que dentro de la industria del cine animado, insiste con la técnica stop-motion; es decir, si el movimiento se logra con 24 fotogramas por segundo, el animador realiza una fotografía (un fotograma) por cada movimiento del personaje. Esta técnica tuvo su apogeo de manos de la imaginación prodigiosa de Ray Harryhausen (la saga de Simbad, Jason y los Argonautas). En el caso de Nick Park, éste salta al reconocimiento masivo a partir de los dos protagonistas del film que comentamos.

Wallace y Gromit surgen, primero, a través de cortometrajes que han sido difundidos dentro del paradigmático programa televisivo "Caloi en su tinta". Wallace es un soltero de clase media, amante del queso, y amigo inseparable de su perro Gromit. En el caso del largometraje que nos toca, ambos comparten la tarea de librar los huertos vecinos de la plaga de conejos, en vistas a la tradicional competencia vegetal anual. Atento a su imaginería técnica, Wallace pergeña toda clase de mecanismos que permitan capturar a los animalitos sin causarles daño.

No falta la intromisión de quien desea arreglar el problema a los tiros, dando así a los conejos su pase a mejor vida. En el medio se encuentra, por supuesto, la dama, ante quien Wallace buscará demostrar hombría y afecto. Como si de un Mr. Hyde se tratase, Wallace deberá tratar de pelear contra su otro yo licántropo, producto de un experimento frankensteiniano fallido. Lo dicho es confuso, pero de ningún modo se procurará aquí aclararlo argumentalmente. Para eso está el film.

Atenta a la actual prédica consistente en la tenencia civil de armas, La batalla de los vegetales responde crítica y lúcidamente, mostrando una feria de atracciones en donde los concurrentes se divierten, precisamente, haciendo tiro al blanco.