"Partimos del texto de Daulte y nos fuimos hacia otro lugar. Quizás volvemos hacia el cuento, a una estética más infantil, le quitamos un poco del realismo en el que el autor sumerge la historia e intentamos profundizar su teatralidad", dijo Carla Saccani, al referise a su versión de "Caperucita, un espectáculo feroz", que acaba de estrenar en

Quercus Alba (Corrientes 563), espacio en el que el año pasado puso en escena su ópera prima "Amarás a tu padre por sobre todas las cosas". La obra que podrá verse todos los domingos a las 20.30, cuenta con las actuaciones de Natacha Soboleosky, Marita Vitta, María Florencia Sanfilippo y Juan Carlos Capello. La asistencia de dirección de Natalia Zatta y la dirección de Carla Saccani que adelantó a Rosario/12, algunos pormenores de este nuevo trabajo.

"Caperucita se puede pensar como el resultado del riquísimo encuentro, conocimiento e intercambio que se produjo entre distintos artistas del teatro a partir de la creación en 2012 del Movimiento Vea Teatro Rosarino. Antes de eso mi conocimiento de los teatristas de la ciudad era extraordinariamente acotado", explica esta auténtica luchadora que fogoneó desde sus comienzos al Vea Teatro, impulsando lo que hoy es una realidad y logro fundamental del teatro rosarino: La Comedia Municipal "Norberto Campos".

La directora de "Fraternidad" y "El Malentendido", destaca la importancia de esa auténtica movida que influyó en el proceso de creación de este nuevo estreno que estaría intervenido estéticamente por el cruce entre artistas de diferentes generaciones.

"Marita Vitta, una actriz extraordinaria, buscaba un personaje que la deslumbre, en la que pudiera dar mucho más como actriz y al leer el texto de Daulte se enamoró de Cora; la que vendría a ser la mamá de Caperucita. Esa madre que, según el cuento, la manda a su hija a internarse en el bosque", comenta Saccani. Daulte, según la directora de "Caperucita, un espectáculo feroz", reflexiona al versionar el cuento tradicional en esa actitud de la madre que se despreocupa de los peligros del bosque, mandando a su hijita a atravesarlo para llevarle unos dulces a su abuela, el reconocido dramaturgo porteño humaniza a Caperucita. La vuelve contemporánea sacándola del universo mítico del cuento.

"Aprovechamos la parte fantástica del relato para eso, en la obra de Daulte el Lobo es un Mentalista que tiene superpoderes para meterse en la mente de determinadas personas y saber lo que piensan, lo que sienten, lo que recuerdan o lo que fantasean. Ese es el bosque al que Cora empuja a Silvia, la Caperucita de Daulte, a enamorarse de una persona que sólo puede hacerle daño", dice la directora del grupo Teatro Cabeza.

Saccani, especialista en seleccionar elencos que puedan sostener el desafío de sus propuestas dramáticas, convocó a Florencia Sanfilippo y a Juan Carlos Capello para reforzar la teatralidad de un trabajo que requiere puntuales compromisos actorales.

"Cuando Marita me propuso trabajar el texto de Daulte inmediatamente se me ocurrieron estos cambios de sexo en los personajes y en el primero que pensé fue en Capello, que se transforma en un personaje femenino y nos sorprende a todos en su rol de abuela, como Sanfilippo lo hace con su construcción del lobo", afirma la directora.

"Caperucita, un espectáculo feroz" es según sus responsables, la historia de una familia matriarcal compuesta por una hija, una madre y una abuela. Donde abuela y nieta se prefieren y la madre queda casi aislada de ese amor.

-¿Cómo abordaste el tema de la puesta en escena en un lugar tan acotado como Quercus Alba?

-Trabajamos muy arduamente con Magalí Bondulich y Nicolás Cipullo. Y más allá de lo que se piense de ese espacio, sólo se trata de aguzar el ingenio y apostar por el trabajo en equipo y al límite de las posibilidades. Los espectadores se van a encontrar con una puesta completamente distinta a "Amarás...", van a descubrir la casa de Caperucita, con el hospital donde está internada la abuela y por qué no, con el bosque y todos sus misterios y peligros", dice una entusiasta Carla Saccani.

La directora destacó la posibilidad de aprovechar las cualidades musicales de Vitta y Soboleosky cuyas voces aportan un caudal emotivo en escena, siempre bajo la atenta supervisión de otra de sus atrices y cantante profesional: La dúctil Vanesa Baccelliere.