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En su función de las 21 del pasado lunes, la sala Madre Cabrini nos ofreció la ópera prima del siempre sorprendente Woody Allen, Robó, huyó y lo pescaron, narrada en clave de film entrevista, este film inaugural permite reconocer algunos de las características que el guionista, director y actor de El dormilón irá ampliando en sus comedias posteriores.

En el encuentro de esta noche, ahora a las 20.30, esta sala nos acerca al que es su segundo largometraje, Bananas, estrenado en 1971, un año antes de Todo lo que Ud. quería saber sobre el sexo.... Y en este nuevo film, en el que Allen es co guionista junto a Mickey Rose, basado en un proyecto conjunto que databa del '66, volvemos a encontrarnos con los rasgos que remiten a las comedias de los años del cine silente, del slapstick; de las llamadas, igualmente, de "las comedias de tortas de crema". Comedias en las que las situaciones absurdas, la multiplicación de gags visuales, arman un disparatado relato.

Bananas, cuyo título original había sido El tipo raro, fue rodada en Puerto Rico, en escenarios en los que se recreó a una imaginada ciudad de San Marcos. La razón del nombre del film se apoya, sobre todo, en el hecho de que no hay un solo instante en el mismo en que se muestra una de estas frutas; pero sí se alude de manera grotesca a las llamadas repúblicas bananeras que comenzaron a proliferar en regiones de América del Sur, bajo el auspicio y control de la administración de Henry Kissinger.

Cuando se estrenó, el film desató polémica, ya que es muy fácil reconocer en él un perfil de la revolución cubana, desde una inicial simpatía de sus autores. Y particularmente, lo que queda en el nivel de la caricatura es todo aquello que remite a las intromisiones de Estados Unidos y por extensión a la misma situación de Vietnam. Y, créase o no, en esta historia, encontramos en un momento muy breve al mismísimo Sylvester Stallone en su debut, futuro Rambo, cuando el personaje central, Fielding Melish, interpretado por el mismo Allen está viajando en un subte y ve cómo un grupo pandillero está atemorizado a una anciana.

En Bananas, estrenado en España un año antes de la muerte del dictador Franco, y en nuestro país en mayo del '73, nuestro protagonista es un joven conformista. Al enamorarse de una activista de izquierda, rol que interpreta Louise Lasser, pasará a ser, según ciertos planteos, un partícipe revolucionario; tomando parte en una revuelta en contra de un caudillo, hecho que abrirá a otros, disparatados y bizarros y en algunos momentos, dramáticos; en tanto, la mirada del film es muy crítica en lo que hace a la política interna y exterior de Estados Unidos.

Con declaradas referencias a El Acorazado Potemkin, de S.M. Eisenstein y Tiempos modernos, de Charles Chaplin, el film de Allen nos reserva una serie de parlamentos, ingeniosas reflexiones, propios de toda su obra. Y así, en un momento de este film, musicalizado por Marvin Hamslich, escuchamos al mismo personaje de Fielding, revelándonos este momento: "Con los míos, con mis padres, siempre tuve una excelente relación. Jamás ellos me han pegado, me han golpeado. No obstante, sí recuerdo que lo hicieron una sola vez; sí, una sola vez en toda mi vida. Comenzaron a abofetearme la tarde de un 23 de diciembre del '42 y terminaron, no recuerdo a qué hora, en la primavera del '44".

Un año después, bajo la dirección de Herbert Ross, Allen pasa a ser un protagonista cinéfilo, Allan Felix, que tiene como alter ego a Humphrey Bogart, en un memorable film, guionado por él, a partir de su pieza teatral, Play it again, Sam. Este evocador y admirable relato, conocido aquí como Sueños de seductor, abre en una sala de cine. Y allí, nuestro personaje está emocionado, con lágrimas en los ojos, reviviendo la secuencia final de Casablanca. Es con este film con el que ingresa en el escenario de su vida la actriz Diane Keaton, quien protagonizará, a partir de 1973, gran parte de su filmografía.