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Una nueva producción del Teatro Nacional Cervantes tendrá su paso por la ciudad. Dirigida por Ignacio Apolo (además autor del texto junto a Laura Gutman) y protagonizada por María José Gabin y Raúl Rizzo, El tao del sexo subirá a escena hoy a las 21 (y mañana a las 20) en La Comedia de Mitre y cortada Ricardone, con una trama que gira en torno a una pareja que, tras 18 años de matrimonio, debe encontrar nuevos caminos para seguir adelante.

"La obra lo que plantea es la historia de un matrimonio, pero lo que me interesó es que el tratamiento del material, desde el punto de vista temático y desde el punto de vista de la estructura, era una propuesta distinta. Lo que van a ver son escenas que se vuelven a relatar desde otro punto de vista, desde otra conducta de los personajes, que muchas veces monologan frente al público, pero a su vez están vinculados entre ellos. Es decir, el monólogo no se interrumpe durante la primera parte de la obra, pero hay un vínculo que se da a partir de lo que cada uno va expresando. Esto se repite en otras escenas, vuelve a aparecer, pero ya con otra conducta, con otra intencionalidad. Y es casi el mismo texto, con pequeñas modificaciones, y eso le da un sesgo diferente a la propuesta", apunta Rizzo respecto a la obra, donde se pone en la piel de un abogado de renombre que acaba de perder a su padre.

"Toda esta historia comienza en el velatorio del padre de él, que es el disparador de todas las situaciones que van a atravesar estos dos personajes --detalla el reconocido actor bonaerense--. Es un punto de quiebre para mi personaje, pero también para ella. El vínculo que Eugenio estableció con su padre es un vínculo donde le demandó un afecto que nunca le llegó. Cuando muere el padre siente que no tuvo su afecto y contención. Y esto juega de una manera decisiva en la relación de Eugenio y Male. Porque a su vez ella también tiene todo un tema con la madre, algo que también expresa en algún momento. Es decir que los mandatos que cada uno de estos personajes ha recibido, y que están ahí presentes, juegan de una manera notable en esta relación".

Y aunque el nudo del conflicto es claramente dramático, El tao del sexo también "transita por zonas de humor", según apunta Rizzo, que concluye: "En toda relación afectiva hay zonas donde no necesariamente el drama está presente. Y aunque lo esté puede haber un giro grotesco que permita una salida hilarante".