Recluida voluntariamente en un baño, aislada de la sociedad, una pareja se debate entre sostener un mandato familiar o irrumpir en un mundo exterior al que buscan construir a partir de fragmentos que logran entrever desde su encierro. Esa es apenas una síntesis posible de la trama desarrollada por el cineasta y guionista Francisco Pavanetto, autor de La más segura de tus vidas, proyecto surgido del interés de sus protagonistas, María Romano y Miguel Bosco, y que tomó forma bajo la dirección de Paula García Jurado. Sumando además la música original de Alexis Perepelycia y la realización escenográfica de David Giménez Lergen, la obra tendrá su estreno esta noche a las 22 en La Manzana (San Juan 1950), donde continuará presentándose los jueves de abril y mayo, a la misma hora.

Reunidos en un seminario brindado en Rosario por Ricardo Bartís, Romano y Bosco decidieron abordar un proyecto conjunto, paso previo a la convocatoria a García Jurado, que en diálogo con este medio sintetizó el proceso de trabajo que derivó en La más segura de tus vidas: "A mí me encantan como actores y más allá de que no había un material escrito, me seducía la idea de trabajar con ellos. Fuimos improvisando sobre algunas temáticas de pareja y había algo muy lindo en el vínculo entre ellos, pero me costaba recuperar algo de las improvisaciones, entonces lo llamamos a Francisco para trabajar sobre una pareja disfuncional, con una idea muy fuerte de trabajar en el baño. El entonces escribió en base a improvisaciones que vio, pero su imaginación prolífica no descansó".

De esa manera, García Jurado se encontró con el desafío de responder a la creación actoral de la experimentada dupla, por un lado, y amoldar el potente imaginario visual que caracteriza a Pavanetto. "Cuando leí al texto de Francisco por primera vez, pensé cómo hacer éso, porque tiene mucha cabeza, mucha reflexión, una imaginación muy frondosa", apuntó en ese sentido la directora, que reconoció: "Al principio me apabulló un poco, es un texto muy inteligente, tiene una ironía muy inteligente. Después que ese texto sea interesante en escena es todo una prueba. Mi trabajo fue tratar de pasar esa prueba, que los actores pudieran apropiarse de ese texto a través de acciones cotidianas y de acciones extrañadas. Buscamos mucho un vaivén entre momentos muy cotidianos y momentos de alta teatralidad. La verdad es que me gusta mucho lo que quedó".

Con el baño como único espacio de convivencia, la pareja logra espiar a través de un ventiluz lo que ocurre en el exterior. Esos fragmentos son los que disparan nuevas tensiones. "Lo que se percibe es que la pareja está encerrada hace mucho tiempo, pero está encerrada por elección, como si fuese algo que sucedió generaciones atrás, cuando una familia se encerró ahí por seguridad (para resguardarse de una epidemia, una guerra o lo que fuese). Pero a partir de lo que ven por el ventiluz especulan sobre cómo es vivir en sociedad. Entonces la obra hace como una reflexión sobre el vivir en sociedad, sobre las instituciones sociales", detalló García Jurado.

Y agregó: "La obra transcurre en la actualidad, pero ellos tienen ropa de los años 60, es la ropa que quedó de los abuelos, de los padres. Hay un fuerte mandato familiar de cómo es la vida en pareja, la vida en familia. Y hay una necesidad de ella de salir y ver qué pasa afuera, cómo es la relación con los otros, y una intención muy fuerte de él de quedarse, como necesitando preservar ese lugar de seguridad".

- Cada espectador seguramente realizará sus lecturas, pero ésa puede ser también una metáfora de la propia pareja.

- Sí, lo es. Por momentos es una metáfora de la pareja que sucede escénicamente, en acciones. Y por momentos el texto mismo revela algunas de cosas, de los estancamientos, de los vicios de la pareja como una de las tantas instituciones familiares.