Miércoles, 16 de agosto de 2006 | Hoy
La escritora Silvia Schujer -llegó a Rosario para participar del proyecto "Leer es pura magia"- dijo que "si uno no subestima a los chicos, sabe que con las palabras podrá crear belleza".
Por Fernanda González Cortiñas
Invitada por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad, la escritora infantil Silvia Schujer llegó a Rosario para participar del proyecto "Leer es pura magia", un encuentro en bibliotecas para que chicos y grandes, alumnos y maestros, hijos y padres, se acercaran al proceso de gestar literatura para niños. ¿De dónde salen las ideas?, ¿cómo se construye un personaje?, ¿se puede vivir de la escritura? Estas y algunas otras, más personales, fueron algunas de las dudas que los chicos le manifestaron a la autora de libros como La abuela electrónica, Las visitas y Canciones de cuna para dormir cachorros, entre otros.
-Cuando la invitan a este tipo de encuentros, ¿viene con alguna idea preconcebida, con esbozo de lo que quiere transmitir, o espera a ver la inquietudes del público?
--Si no hay un tema puntual -cosa que sucede en congresos o jornadas docentes, en cuyo caso llevo ponencias escritas- dejo que las preguntas que hace la gente determinen lo que voy a contar.
-En este sentido, ¿cambian las preguntas según la extracción social de los asistentes? ¿encuentra diferencias, por ejemplo, entre chicos de escuelas privadas del centro y escuelas marginales en cuanto a sus preferencias literarias?
--Yo hace más de veinte años que recorro las escuelas y bibliotecas del país, de modo que he visto por realidades de todo tipo y esto, desde luego, ha determinado la variedad de las experiencias. En este sentido, con el tiempo he logrado comprobar que hay dos o tres cosas que los chicos preguntan siempre, sean de la clase social que sean, del campo o la ciudad: una es de dónde saco las ideas para escribir; otra, es ¿qué piensa mi familia de lo que hago y la última tiene que ver con la fama y con mi vida privada (cuántos años tengo, dónde vivo, si tengo hijos, etc...). Más o menos ésas son preguntas que me hacen de cajón. Y no sólo acá en la Argentina. Lo que hago es, a partir de esas preguntas, aparentemente descolgadas, ir hablándoles más a fondo de lo que tiene que ver con este oficio, de las ventajas de leer y esas cosas. A la mayoría les interesa mucho la "cocina" de algunos de mis libros, de dónde salió la idea, si se basa o no en hechos reales, etc.
-Desde siempre, la aparición de un nuevo medio de comunicación pone en jaque el anterior, ¿qué cree que pasa hoy con la lectura? ¿qué vigencia tiene hoy ese viejo lugar común de "los chicos de hoy ya no leen"?
--A mí no me parece que los chicos de hoy lean menos que los de antes. Los que dicen eso son adultos nostálgicos y muchas veces hipócritas porque, además de afirmar semejante cosa, ellos mismos no son lectores. Es cierto que hoy los chicos y, por supuesto, los grandes, tenemos una oferta mucho más variada que la de otros tiempos. Pero también es cierto que se publican muchísimos más libros y que han proliferado las bibliotecas escolares de manera notable. Sin embargo, creo que no estaría de más, que hubiera más políticas estatales para que los libros lleguen de verdad a todos los rincones del país.
--¿Qué beneficios cree que otorga hoy la lectura frente a los medios electrónicos (léase: televisión --con el cable y sus derivados: el zapping y el cine de uso doméstico--, los videojuegos y, fundamentalmente, internet? ¿cuál es su experiencia personal con la lectura en la red?
--A mí particularmente, no me gusta leer ficción en pantalla. De hecho, salvo cuando estoy escribiendo, cualquier material que busco o me mandan, lo imprimo para leer. Supongo que los medios electrónicos modifican algunos parámetros en los modos de leer y, sin duda, afectan a la cultura en general. Pero no me siento autorizada para opinar sobre los beneficios o perjuicios que esto ocasiona, si es que los ocasiona.
-En cuanto a la competencia con otros medios, que abordan casi cualquier tema, en cualquier horario sin censura para los más chiquitos, y teniendo en cuenta que usted es una pionera hablándole a los más chicos que temas sociales, ¿qué cuestiones piensa que no se deben abordar en la literatura infantil?
--Lo único que no hay que hacer, es tratar a los chicos como si fueran una masa informe y no sujetos con gustos, coyunturas y deseos propios y únicos. Creo que cuando uno escribe una historia tiene que poner todos los elementos que cree necesarios en función de esa historia y de su credibilidad. Si uno no subestima a los chicos, sabe que con las palabras podrá crear belleza de la que ellos darán cuenta con sus emociones.
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