Como en cada una de sus entregas, los Premios Gardel suelen dejar sensaciones encontradas. Quizás por esa convivencia de artistas creadores de obras de peso que deben compartir pantalla con las nuevas estrellas del mercado. Tal vez por ésa inevitable costumbre de tomar partido por unos u otros que provoca que, ante cada anuncio, la desazón o la alegría trituren cualquier intento de juicio musical. En ese marco, la noche del martes encontró a una buena cantidad de rosarinos (nacidos, criados, adoptados) entre los nominados, aunque fueron apenas tres los que se alzaron con la estatuilla: Jorge Fandermole por su brillante Fander como Album folklore alternativo, el armoniquista Franco Luciani con Gardelerías (personal abordaje al repertorio gardeliano que llevó adelante junto al pianista Federico Lechner y que triunfó en el rubro Album de tango alternativo) y la cantante Dalila que, tal como apunta Wikipedia, nació en la ciudad en 1970, y que con éste obtuvo su tercer Gardel como Artista femenina tropical.

Con una obra que está definitivamente instalada entre lo más importante del repertorio popular argentino, Fandermole logró un merecido reconocimiento a Fander, disco doble en el que conjuga obras inéditas y reversiones de antiguas creaciones. "Evidentemente esto sirve porque de alguna forma hace más visible el trabajo --reconoce con humildad el compositor radicado en Baigorria--. Es un incentivo más y está bueno si este tipo de movimientos genera un poco más de interés, la posibilidad de que haya más gente que acceda a ese material".

Para Fandermole, la estatuilla representa también un reconocimiento a un conjunto de voluntades, siempre esenciales dentro de la producción independiente: "Lo que me queda como gran necesidad a partir de esto es mi agradecimiento y reconocimiento personal hacia la gente que trabaja conmigo. En primer orden hacia los músicos, sobre todo con estos discos donde no hay un arreglador, donde los arreglos son compartidos con los músicos, como en el caso de Fernando Silva, Marcelo Stenta y Juancho Perone. Es mucho el trabajo que los demás ponen en este proyecto, como si fuera propio, entonces hay una gran deuda hacia ellos. Justamente a partir de estos reconocimientos uno ve que hubo mucha gente que puso la cabeza, su sensibilidad, su trabajo. Entre ellos la cantidad de invitados que el disco tiene".

Para Luciani, el galardón tiene también su peso como motor para que este nuevo trabajo con Lechner alcance a más escuchas. "Siempre es importante el reconocimiento para la difusión. También para un género que crece y tiene su actividad, pero al que le vienen bien estos reconocimientos masivos", analiza Luciani, que a poco menos de un día de la premiación reconoce: "Creo que el disco merecía un reconocimiento, porque ha tenido muy buena recepción tanto en España como en Argentina. Es un disco que incluye músicos de Estados Unidos, España, de Brasil, de Argentina. Fue una aventura que hicimos con mucho cariño y mucho respeto a la figura de Gardel, a pesar de que la nuestra fue una búsqueda diferente. De hecho, hasta podría haber sido tranquilamente un disco de jazz".

Para el armoniquista rosarino, la ceremonia tuvo un pequeño plus: la distinción como Mejor álbum conceptual para Raíz Spinetta, un disco triple en el que diversos artistas abordaron la obra del Flaco y que lo contó con su versión instrumental de "La miel en tu ventana", en una lista que sumó además a Rubén Goldín con "Todos estos años de gente" y Juan Carlos Baglietto poniéndole voz a "En una lejana playa del animus".

Y si bien la sola nominación representó un justo (y para muchos inesperado) reconocimiento a sus obras, para la escena rosarina el sinsabor de la velada del martes llegó con las ternas en las que participaron Evelina Sanzo --que con su elogiado Curandera no logró imponerse a Lali, una de las últimas creaciones de la factoría Cris Morena-- y Mamita Peyote, cuyo primer disco reunió menor cantidad de votos que la producción del reggaero-melódico Dread Mar I.

Sin embargo, sigue siendo digna de celebrar la presencia de ambos proyectos en la ceremonia de premiación más importante de la industria musical, que lentamente va dando cabida a producciones de corte independiente y alejadas del mainstream.

Ese gran mercado donde juegan los otros rosarinos que tampoco corrieron con suerte, nombres de peso como los de Carlos Baglietto y Silvina Garré (nominados por Album artista canción testimonial y de autor), Coti Sorokin (que competía a Canción del año con "Tu gloria") y Fito Páez, que no pudo imponerse a Andrés Calamaro como... Mejor artista de rock, y

el sello surgido en la ciudad, BlueArt Record, que tuvo uno de sus discos de jazz en la terna de nominados.