"Un hombre que ronda los 80 y una mujer mucho más joven transitan un espacio donde hay sólo una cama de una plaza, espacio onírico en el cual el público es cómplice", comenta, piensa, sueña Ricardo Arias, al intentar enunciar la partitura de acciones, el recorrido de sus criaturas en el intento por Aprovechar el tiempo. Así se llama esta nueva experiencia dramática, habitada por el cruce entre las vivencias de un actor, David Edery, y una actriz, Claudia Schujman, que se conocieron habitando otras pieles, diseñadas por las manos de Arias, logrando el estallido de esas texturas arquetípicas, en el juego perturbador de Las hijas del Rey Lear, estrenada hace 6 años. "A partir de este encuentro surge la necesidad y la posibilidad de abordar una nueva producción focalizada sobre esta relación de estos seres que se encuentran, frente a otros, los espectadores, y también frente al director", dijo Arias a Rosario/12, al referirse a este nuevo estreno. La propuesta, que podrá verse todos los viernes a las 21 en el nuevo Espacio Bravo (Santiago 150), es una obra donde se trata ante todo de no mentir ni engañar, según la plantean sus responsables, y nos invita a reflexionar acerca de una experimentación donde "la acción narra desde un impulso sincero". "Espectadores y director comparten el encuentro y lo que sucede entre ellos como si fuesen amigos íntimos de la pareja; presenciando, aún, lo que no se presencia. No hay cuarta pared, los actores hablan a sus amigos espectadores, haciéndolos partícipes de sus conflictos y secretos; no hay personajes, sólo actores que actúan", comenta el autor y director de Mujeres oscuras, un ritual donde los protagonistas también compartían la intimidad de un espacio, de historias comunes, de vivencias que integraban a los espectadores al universo dramático.