CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. PIñóN FIJO SE PRESENTA HOY EN METROPOLITANO
Surgido en las calles cordobesas, el personaje creado por Fabián Gómez se transformó en uno de los grande sucesos de la música infantil. Aquel origen sigue resultando clave para un compositor que persigue canciones universales.
› Por Edgardo Pérez Castillo
Apenas recibe el llamado de Rosario/12, el entrevistado debe dar respuesta a una inquietud de tono existencialista: ¿la charla tendrá como interlocutor a Piñón Fijo o al hombre detrás del personaje? "Esto viene con un bonus, con un psicólogo que lo va a tratar después de esta nota", bromea, y responde, Fabián Gómez, el cordobés que después de años de transitar las calles de su provincia terminó desembarcando en la televisión serrana para, desde allí, llegar a la pantalla de Canal 13. Y, entonces sí, abrazar de una vez y para siempre una fama que no hizo trastabillar a la esencia de ese payaso bonachón, carismático y esencialmente cordobés.
Porque desde su irrupción en los medios masivos, y a caballo de aquel "Chu chu uá" que durante años musicalizó desde bautismos hasta festejos de divorcio, Piñón Fijo se convirtió en un artista referencial de la música infantil. Lejos de encandilarse por la fama, Gómez continuó alimentando un camino artístico asociado al respeto por su público, sin distinción de edades. Desde hace algún tiempo, además, sumó como laderos a Sol y Jeremías, que acompañan a su padre en Piñón en familia --el espectáculo que esta tarde, a las 15.30 y 18, se presentará en Metropolitano (Intendente Lamas 610)--, como así también en Una nueva vida, disco disponible para su descarga gratuita en www.pinonfijo.com.ar.
"El disco ha tenido la quijoteada y la utopía de salirnos del molde de lo que es el establishment de los sellos musicales --apunta Gómez--. Eso ha generado que, en el tiempo que lleva colgado, se hayan realizado cien mil descargas a nivel mundial, lo que da una sensación muy linda. Porque más allá de lo económico, donde no hay rédito por ser de descarga gratuita, sí vuelven muchas cosas lindas, como el desafío de hacer canciones en este lugar del mundo y que se escuchen en otros lugares. Eso genera un vínculo con otros, con la canción misma, que da la sensación muy extraña de que vuela y llega a lugares a los que ni uno mismo va a llegar".
Atento a la necesidad de buscar nuevos modos de vincularse con su público, Gómez ratificó además la universalidad de la música y el humor de Piñón, que sin embargo no pierden los rasgos característicos de las sierras cordobesas. "En este mundo tan globalizado es un desafío muy lindo el de trascender fronteras pintando la propia aldea --analiza--. Es lindo que donde todo se va uniformando uno pueda poner en órbita cosas que tienen perfume a peperina y algo de acento cordobés, no renegando de éso e inclusive exponiéndolo con orgullo. Me gusta que, desde mi humilde lugar, uno pueda trascender con las cosas que a uno lo representan. No porque sea mejor que otras aldeas, sino porque creo que cada uno defendiendo su raíz, su diversidad de origen, vamos a colaborar a mantener la riqueza del mundo que, si no, se va a convertir en un lugar muy aburrido".
Influenciado por la obra de María Elena Walsh, Pepe Biondi y Carlitos Balá, Piñón fue construyendo una obra propia que conecta con esos referentes. Fundamentalmente, en la apuesta a obras de calidad que no exluyan al público adulto. En esa búsqueda, Gómez busca espejarse también en artistas como Rubén Blades, Rubén Rada, las trovas cubana y rosarina, el folclore latinoamericano. "Fuera del 'Chu chu uá', en realidad todo éso es lo que a uno lo desvela, es esa zanahoria creativa que uno tiene: poder generar una canción universal, en el universo de las edades y las generaciones. Que divierta al abuelo y al nieto, para que compartan las realidades de su propia mirada y etapa de vida, pero que no haya una canción para cada uno, que sea la misma canción y que cada cual haga la lectura que le sirva en ese momento", remarca Gómez, y confiesa: "Esa es una utopía linda, que me mueve hace muchos años. Muchas veces siento que me acerco y otras me alejo. Es como la vida".
- Pensando en el recorrido de vida de Piñón, ¿aquel origen como artista callejero funcionó para evitar que los rasgos esenciales del personaje no se desfiguraran con la fama?
- Es mi piedra fundamental, a la cual regreso a cada paso. Mi artista callejero inicial no ha quedado en el recuerdo, está muy despierto. Muchas veces me salva las papas, yo mismo me sorprendo acomodándome a una situación que no domino y me doy cuenta que me salvó el artista callejero. Hay situaciones raras, extrañas... Piñón no fue diseñado para ir a almorzar a la mesa de Mirtha Legrand, sin embargo me tocó estar. Y ante la situación de ser sapo de otro pozo en un ambiente que uno no domina, me salvó el artista callejero. Piñón no fue diseñado para conducir un programa ómnibus de seis horas maratónicas como Un sol para los chicos, pero en esos casos apelé al oficio ya no sólo del artista callejero sino... ¡del perro callejero! El perro callejero se acomoda como sea, tiene un espíritu de supervivencia, de acomodarse a las realidades. Muchas veces me siento éso. Y con mucho orgullo.
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