Sábado, 24 de octubre de 2015 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. EDGARDO CARDOZO LLEGA A ROSARIO CON NUEVO REPERTORIO
Integrante de la sorprendente Puente Celeste, el compositor
recorrerá sus canciones en formato de voz y guitarra. "Es un
desafío grande", apunta el músico que hoy toca en Distrito Siete.
Por Edgardo Pérez Castillo
La relación de Edgardo Cardozo con las artes es amplia y, por sobre todas las cosas, extensa. A mediados de los 80, con edad de alumno secundario, comenzó a codearse con músicos como Manolo Juárez y Jorge Cumbo. Más tarde formaría parte del grupo teatral La Pista 4, proyecto de aires experimentales donde se desempeñaba como actor y director musical. En 1999 fundó el BUE Trío, en 2000 publicó Años después como solista y en 2001 junto a Marcelo Moguilevsky, Santiago Vázquez, Luciano Dyzenchauz y Lucas Nikotian formó el fantástico grupo Puente Celeste. Cristina Banegas, Juan Quintero (con quien en 2007 registró el disco Amigo), Ernesto Acher y Nelly Prince también fueron laderos de un creador refinado que, al mismo tiempo, se nutre del pulso y la tradición popular. Ese equilibrio marca a 6 de copas, disco publicado tres años atrás y que, esta noche, conformará buena parte del concierto que Cardozo brindará en el Distrito Siete de Ovidio Lagos 790.
Anunciada para las 21, la función incluirá viejas creaciones de Cardozo, que sumará además parte del cancionero de Puente Celeste, el renovador grupo al que hoy reconoce en "estado criopreservado". "Ninguno se animó a decir que terminó la experiencia de Puente Celeste, pero está como congelado", reconoce a Rosario/12 el músico, que sin embargo no se estanca en la nostalgia y asegura: "Vamos a ver qué pasa. Por lo pronto para mí fue muy fuerte volver a tocar como en la adolescencia, cuando empecé, a cantar solo con la guitarra, haciendo mis canciones. Eso está siendo muy rico para mí. Y no me privo de otras cosas, como cuando la semana pasada toqué en Santa Fe con el Negro Aguirre, o cuando toco con Juan Quintero. No me privo de otros encuentros, pero estoy centrado en lo que me pasa a mí en esta etapa solo con la guitarra. Es un desafío grande".
Desde esa condición de solista absoluto, Cardozo va incorporando a sus conciertos algunos inéditos. "Estoy llevando también algunas canciones nuevas, probando. Calculo que grabaré en breve, pero no tengo la fecha, estoy dejando que las canciones se vayan amasando --explica--. Tuve un golpe de horno muy bueno en una fecha en la sala Haroldo Conti, donde presenté nueve canciones nuevas, o sea que no me falta mucho".
- ¿Presentar en vivo las canciones es un modo de asentarlas? Porque hay también artistas que prefieren trabajar en estudio para, luego, tocarlas en público.
- Sí, hay gente que prefiere eso. Para mí al tocarlas antes cobran una temperatura que hace que algo se fragüe, algo pasa cuando está el vivo... Las canciones se transforman seriamente. Me ha pasado con canciones que grabé sin tocar y después prácticamente no las toqué en vivo. Son relaciones raras. Y ahora, además, porque quiero refrescar el show: vengo tocando 6 de copas, algunas canciones más viejas, otras que hice con Puente Celeste o en el disco Amigo con Juan Quintero. Sumando esto nuevo ya muestro un panorama general.
- Si se piensa en esa fragua, en aquello que ocurre con la canción tras su paso por el vivo, y considerando además tu obra y búsqueda artística, es posible imaginar que lo que buscás no tiene que ver con descubrir un potencial hit, sino más bien con descubrir qué sensaciones despiertan las canciones en el público.
- Claro, tiene que ver con el fenómeno de comunicación que eso representa. Es ver si la gente que está ahí, del otro lado, te va siguiendo o no. Eso es importante, porque a veces en la interpretación está cómo yo llevo a la gente de la mano para que den la vuelta por la canción y saquen algo de esa vuelta que les propongo. Eso depende todo de mí, entonces a veces es una cuestión muy sutil, de pequeñas pausas, respiraciones, de tiempos, de órdenes. De cuándo viene una canción y cuál le sigue después.
- Aún cuando teatro y música tienen un lógico punto de contacto en lo que respecta a enfrentarse al público en vivo, ¿sentís que tu formación y actividad teatral influyen en esa mirada sobre la música?
- Sí. Lo que siento que me quedó pegado de esa experiencia es la cuestión de los estados. La canción tiene un estado y el intérprete también tiene un estado para que eso sea comunicado, que se entienda. El estado emocional es una cosa bien sutil. En mi caso personal no compongo personajes como un actor, pero sí entro en estados. Y trato que esos estados sean contrastados, que no sean homogéneos, y que vayan contando algo, conformando un mapa de emociones.
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