Kevin Johansen se ha definido históricamente como un desgenerado, autorreferencia humorística que grafica con claridad la amplitud de ritmos y estilos que marcan a su discografía. Y si bien Mis Américas (Vol. 1/2) no rompe con esa clasificación, en su último lanzamiento hay sí una serenidad que resulta característica de una obra reflexiva, aunque no por ello exenta de humor y contundencia. Esta noche, a las 21.30, Johansen llegará con ese repertorio de estreno a El Círculo de Laprida y Mendoza, donde volverá a estar acompañado por The Nada, la versátil banda a la que él cita cariñosamente como "La aplanadora del folk".

Conformada por el legendario baterista Zurdo Roizner (hombre de tapa de este flamante disco), Juan Manuel Alvarez, Pepo Onetto, Nicolás Said, Miguel Angel Tallarita, Caio Reboratti, Ove Espina, Cheba Massolo y Maxi Padín, The Nada se convirtió en el medio desde el cual Johansen explora un abanico sonoro realmente amplio, que en Mis Américas se potencia con la participación de invitados como Miss Bolivia, Ricardo Mollo, Arnaldo Antunes, Aldo Asenjo de Chico Trujillo, Pity Alvarez, Palito Ortega, la banda peruana Kanaku y El Tigre, Javier Casalla en arreglos de cuerdas y Marcos Mundstock con un recitado alla Les Luthiers en "La Bach-Chata". A todos ellos se sumaron además viejos colegas de Johansen en los Estados Unidos y Brasil, países donde el productor general Matías Cella sumó la participación de los productores Leo Sidrán y Alexandre Kassin Kamal, respectivamente, en un proceso de grabación extenso e itinerante.

"Matías Chela, con quien grabamos Citi Zen y Logo, en este caso me llevaba un poco a la rastra", apunta Johansen que, lejos del reproche, se entusiasmó con la idea de hacer carne el concepto americano de su obra, la cual terminó cobrando un perfil menos estridente que sus anteriores producciones. "Puede ser que haya habido un poco de homogeneidad, más allá de lo heterogéneo que suelen ser mis discos. Por ahí también es un disco más corto, más concreto. Al ser trece canciones es más clara la línea. Igual el disco dice muchas cosas, hay presentes muchas letras con cosas que tenía ganas de decir", admite Johansen.

Y agrega: "Para mí tiene mucho de folk y de folklore. Tiene esa raigambre, que es lo que conozco. Por eso lo del volumen 1/2, tiene que ver con apropiarse de lo que conozco, es una forma también de transmitir que son las Américas que conozco, porque he vivido en Buenos Aires y Nueva York. Y Río es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, y me interesaba también porque Brasil es como una isla idiomática dentro de Sudamérica, con el portugués, con el consumo de su propia música. Me parecía que estaba bueno tener un momento de Brasil en el disco".

- Mencionás a esas grandes ciudades cuyo su pulso urbano no es precisamente el que refleja el disco, mucho menos frenético.

- Sí... Yo me río siempre porque tengo un ritmo anti-ciudad, pero a la vez he vivido siempre en grandes ciudades. Siempre digo que es estresante tratar de ir contra la corriente. Es un estrés tratar de mantenerse calmo, es toda una contradicción, es paradójico. Pero uno lo intenta, y en el disco está reflejado ese intento de bajarle el cambio a la cuestión.