En cierto modo, sorprende recorrer En vivo en Europa e imaginar lo que esas composiciones generaron en públicos tan disímiles como los que sobre finales de 2005 acompañaron a Los Tauras. Porque es un disco marcado por el calor de las milongas a las que el quinteto llevó un listado de composiciones realmente amplio, y que es recorrido con solidez por Carlos Gantus (guitarra), Javier Gómez (violín), Víctor Parma (piano), Carlos Quilici (bandoneón y dirección) y Guillermo Trobbiani (contrabajo), formación que esta noche, a las 21, presentará la placa en La Casa del Tango (España y Wheelwright).

Surgida precisamente en medio de una gira que tuvo escalas en distintas ciudades de Suecia, Noruega, Dinamarca, Inglaterra e Italia, "la idea de registrar un disco en vivo fue más bien producto del ahondamiento en una práctica habitual para el grupo", explicó Quilici a Rosario/12. "La decisión se tomó después de estar en el proceso de la gira, no fue una decisión previa. A mí me gusta grabar generalmente cuando tocamos en vivo, como para escuchar cómo salió, hacer una autocrítica y rescatar algunas cosas. Se dio justamente que este sitio en Italia (la Maison Musique en la ciudad Rivoli) había muy buenas condiciones como para grabar el disco".

El bandoneonista reconoció que "generalmente nos presentamos en milongas, y este es un disco bien clásico. Si bien yo incluyo algunas composiciones mías, también están dentro de lo que se considera bailable. Y justamente en las presentaciones, con la gente bailando, se generaba otro clima distinto al que se genera propiamente en un concierto. También es muy lindo el silencio de un auditorio, y hemos hecho presentaciones así. Nosotros hacemos música; si la gente quiere bailar, bienvenido, pero siempre es para escuchar".

Responsable de la selección de buena parte del repertorio y de los arreglos, Quilici mezcló cuatro obras propias junto a otras de Agustín Bardi, Pedro Laurenz, Julio De Caro, Osvaldo Pugliese, Fernando Tell y Astor Piazzolla. "Es bastante amplio el espectro; trato de darle una línea definida tanto a los arreglos como a la manera de tocarlos --dice Quilici﷓﷓. Ahora hay muchos grupos nuevos de tango que se vuelcan definidamente hacia un estilo. La mayoría están haciendo Pugliese, pero mi idea no es ésa. Prefiero tomar elementos de los artistas que más me gustan, los incorporo y con eso trato de hacer algo propio".

Testigo directo del crecimiento del género en Europa ("...lo admirable del tango es hasta dónde está llegando. Lo que más me gusta y me asombra es cómo gente de distintas culturas se arrima y se enamora del tango. No lo toman como una moda pasajera. Cada vez se meten más", explica el músico, entusiasmado con el fenómeno), Quilici hace además una lectura personal de la actualidad del dos por cuatro en la Argentina. "Yo doy clases de bandoneón en la universidad y también a alumnos particulares. Ahí noto el interés de la gente joven por el tango. No están los prejuicios que había cuando yo era adolescente, cuando el tango y el rock eran enemigos".

"Ahora inclusive aparecen cosas como el tango electrónico, sobre el que yo tengo mis críticas. Hay cosas que me gustan e incluso experimenté algo con el guitarrista Javier Fioramonti y con Mariano Braun, pero tengo claro que es una fusión, y para mí eso es lo importante del tema. Esto no es una evolución del tango, sino una fusión del tango con otra cosa. Te puede gustar o no, puede estar mejor o peor hecho, pero lo más importante para mí es esa aclaración. Aquí incluso se confunde, pero más en Europa, donde les hacen creer que esta es la evolución del tango. Se lo venden así y eso me da un poco de bronca, porque para mí evolución es Piazzolla", dijo el bandoneonista.

Volverá a ponerse al frente del grupo el próximo 11 de octubre, para actuar en el Auditorio del Instituo Superior del Politécnico, como parte de los festejos por el centenario de la institución, de la que es egresado.