Miércoles, 19 de octubre de 2016 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › SER DE SANGRE, PRIMERA NOVELA DE CORINA MOSCOVICH
Por Eugenio Previgliano
Viene de aparecer el primer libro de narraciones de Corina Moscovich, Ser de Sangre. Moscovich (39) es licenciada en Letras (UNR) y cursa un Master en Luxemburgo. Ha publicado un libro de poesía, y participado en numerosas antologías. Pero Ser de Sangre es una novela, que se inicia con la detallada narración un repudiable asesinato.
Lejos del desarrollo lineal al que nos tiene acostumbrados el policial contemporáneo - dijéramos, Pierre Le Maitre o Stieg Larsson -, el libro comparte el carácter múltiple y cambiante de la obra de estos autores. Al principio, sin aviso previo y con una pasmosa naturalidad se narra el oprobioso crimen que estructurará todo, un doble femicidio, pretexto y centro para que a su alrededor orbite toda una constelación de personajes.
Tres ejes organizan el relato, por una parte una red de personas del siglo XXI aprovecha la tecnología de las comunicaciones para construir, delinear o reconstruir ciertas relaciones familiares vinculadas con aquel crimen. Por otro carril, yendo y viniendo, aparece la historia casi mítica de un grupo de inmigrantes que se relacionaron entre sí durante la primera mitad del siglo XX, estableciendo su dominio en una geografía no menos estrellada que tiene fulgurantes vértices en Moisés Ville, Rosario, Villa del Parque y un pueblo santiagueño de toponimia ficta en razón del pudor de la autora, que le impide develar los "verdaderos" nombres.
Una tercera fuente involucrando las circunstancias que rodearon al crimen, una pintura de víctimas y victimario, personajes secundarios, técnicas criminales, pistas ciertas y falsas, sumarios, dictámenes e incidentes judiciales alimentan a su turno los dos perfiles ya glosados, entremezclándose como si fuesen las cartas del Tarot. Sin embargo, este entusiasmo por esclarecer lleva a que esas cartas pierdan su función premonitoria para convertirse en un instrumento de abducción, donde diversos tarotistas a lo largo de la novela interrogan al destino y sus arcanos para dar consistencia al pasado, atravesando con su magia de adivinación tiempo y espacio. Los sueños, otra materia que se supone cargada de premoniciones, también resultan funcionales para la explicación no del futuro sino de ese pasado que al avanzar la novela se clarifica.
Escrita puertas adentro y centrada en la construcción de la familia, con hechos, relaciones y sentimientos, la novela resulta sin embargo perfundida por la política, los vaivenes de la economía y describe, aunque no los explicite, creencias y razonamientos de estas gentes.
Después de recorrer Ser de Sangre, asomándose a las tradiciones judías, viajando de Moisés Ville a Rosario, recorriendo el recién inaugurado Parque de la Independencia, sufriendo y gozando al vaivén de esas muchachas destinadas a un matrimonio serio, curioseando la marcha de los negocios de los varones y compartiendo la curiosidad con la red de contemporáneos, creo que Corina Moscovich ha conseguido un rico cuadro, si no de la familia, ni de la investigación de aquél pasado, de este mundo bizarro y sorprendente que la novela recrea, cargado de humanidad.
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