Quien no haya soñado con el amor eterno tarareando los acordes melosos de "Somos novios", que levante la mano. El que pueda asegurar que nunca soñó con ser devorado por las llamas de la pasión al son de "Te extraño", que tire la primera piedra. Y que no mienta la que jura que no se sintió arrinconada con la poesía insinuante de "Por debajo de la mesa". No importa si sus versos llegaron por boca de Olga Guillot, de Chico Novarro o de Luis Miguel. Aunque en el diccionario su nombre no aparezca en la definición del género, y a pesar de que, por apenas unos años de diferencia, el título de "rey" fue adjudicado al chileno Lucho Gatica (a quien acompañó al piano durante muchos años), no deben ser muchos los que no encuentren en Armando Manzanero el sinónimo perfecto de la palabra bolero.

Nacido en la capital yucateca de Mérida, el 7 de diciembre de 1935, en el seno de una humilde familia con fuerte vocación artística (su padre tenía un conjunto que hacía música romántica; su madre era pianista y bailarina), Armando inició su formación a los ocho años, en el conservatorio de su ciudad. Con 16 años y una canción, "Nunca en el mundo", viajó a Ciudad de México para completar sus estudios. Al año siguiente comenzaría su actividad profesional como pianista, y apenas un lustro después se convertía en director artístico de la filial azteca de la compañía disquera CBS. En 1962 obtuvo el quinto lugar en el Festival de la Canción en México: apenas el primer paso de una extensa y prolífica carrera que hoy suma más de medio siglo.

Desde aquéllos días mucha agua ha pasado debajo del puente. Canciones como "Voy a apagar la luz", "Te extraño", "La media vuelta", "Cuando estoy contigo", "Adoro", "No", "Felicidad", "Esta tarde vi llover", "Tengo", "Como yo te amé" y "No sé tu", entre las más famosas, pasaron por las gargantas de figuras como Frank Sinatra, Tony Bennet, Elvis Presley, Paul Muriat, Andrea Bocelli, Cristina Aguilera y hasta el rosarino José Cura. Sin ir más lejos Andrés Calamaro acaba de incluir "Contigo aprendí" en su último trabajo, El palacio de las flores, de próxima aparición.

A poco de presentarse en Buenos Aires con éxito arrasador y antes de cruzar la cordillera, a punto de cumplir 71 años, este mexicano de orgullosa estirpe maya llega a la ciudad para festejar estos primeros 50 años de trayectoria, y presentar su último disco: Master Class.

Con casi 500 canciones en su haber (en una entrevista hecha en 1997 aseguró que tenía grabadas la friolera de 414, y 50 más para dejar como herencia a sus seis hijos), en este trabajo (un disco doble) Manzanero reúne diez cortes inéditos su autoría (entre ellos "Cuando te conocí", "Hagamos el amor", "He guardado" y "Cada vez que te enojas"), a los que agrega un par de sus coterráneos José Antonio Ceballos y Arístides Baldonado: "Sin noticias" y "He guardado".

Amante de Tchaicovsky y los Beatles, admirador confeso del subcomandante Marcos, este enorme talento de un metro y medio de altura, llega a la ciudad para que los rosarinos disfruten de una oportunidad única para encontrarse con lo mejor de la canción romántica. La cita es esta noche, a partir de las 21, en Auditorio Fundación (Mitre 754).