Constituida en 2003 como una plataforma de formación para los alumnos de la Escuela Municipal de Música, la Orquesta de Jazz que dirige Julio Kobryn tendrá esta noche su debut en el marco del Festival de Jazz Rosario, en el Centro Cultural Parque de España. Y no será una presentación menor la de la agrupación --que reúne a Diego Aurelli, Martín Devadder, Sergio Peressutti e Ivana Velizán (trompetas), María Carmona, Sebastián Portaneri y Sebastián Tessei (trombones), Pablo Andrés (saxos alto y soprano), Carina Strazziusso (saxo alto), Fernando Pérez (saxo tenor), Ana Cosgaya (saxo tenor), Julián Oliveros (saxo barítono), Mariano Ruggieri (piano), Jorge Palena (contrabajo), Luciano Ruggieri (batería) y Lucrecia Aragón (canto)--, que bajo la dirección de Kobryn estrenará las obras que compusiera especialmente para ella el pianista porteño Ernesto Jodos, quien luego de desarrollar una labor de compositor y arreglador residente se sumará desde el piano en algunas obras.

En diálogo con este diario, Kobryn destacó esta experiencia: "Ha sido bárbaro y en general toda la orquesta se ha puesto mucho las pilas con esto, es algo muy motivador. Sería bueno tener todos los años un compositor y arreglador residente que aporte nuevo material. Al cabo de un determinado tiempo la orquesta va a tener un montón de composiciones que le van a ser propias, escritas especialmente para la formación, teniendo en cuenta las características de los músicos que lo integran. Un poco el proyecto fue así, porque le pasé a Ernesto cuál era la planta, cuáles eran las características de los chicos, entonces él trabajó en base a esos datos. Y después hemos trabajado en los ensayos dirigiéndolos casi en forma conjunta, porque él también aportaba cosas en la dirección, y yo aportaba ideas sobre los temas que él había hecho, fue un trabajo muy de equipo".

Por su parte, Jodos coincidió en destacar los aspectos positivos de la experiencia. "Me parece que fue una buena idea de los programadores. Yo ya había escrito cosas para big bands, aunque no enteramente de estudiantes, y me plantee escribir algunas cosas que fueran parecidas a las que están acostumbrados a tocar, como para que disfrutaran tranquilos, y escribir también algunas otras que quizás no estaban tan acostumbrados. Que la gente de la fila de los vientos, que en general no hace solos, pudiera tener una participación más improvisatoria", apuntó.

Sumándose al piano en algunas obras, y permitiendo interpretaciones a dos pianos en otras, Jodos se refirió además a la importancia de las escuelas como espacios de construcción necesarios para el interesante enriquecimiento que el movimiento jazzero viene evidenciando en los últimos años. "Se podría decir que este nuevo resurgimiento del jazz, o al menos más masivamente en Buenos Aires o algunas ciudades del interior, tiene mucho que ver con las escuelas. Porque son formadoras de músicos y son formadoras de público competente con respecto a la música, entonces me parece que la pata que tiene que ver con las escuelas de música, y de jazz en particular, es muy importante", señaló.

"Este tipo de proyectos están buenos porque además desmiente algunos fantasmas, como que las orquestas en general tocan arreglos comprados, que están probados y corregidos. En cambio, cuando vas con un arreglo que nunca se tocó y recién salido de tu composición o tu escritura, siempre hay cuestiones para cambiar, para corregir, ver qué es mejor y eso también saca un poco el miedo a que la composición de jazz tiene que ser una cosa terminada cuando llega al atril. Son distintas experiencias que van haciendo que todo sea más rico", concluyó el notable pianista y compositor.