El miércoles pasado en la sala Amigos del Arte una parte importante de la comunidad teatral rosarina se reunió para discutir una problemática largamente postergada y que tiene que ver con el rol que juegan las instituciones culturales en relación con los manejos de los fondos y los criterios de administración entre destinadores y destinarios de los mismos. De alguna manera estos foros de discusión fueron promovidos desde esta columna de Rosario/12, frente al hecho puntual de la imposibilidad de cubrir como todos los años la última Fiesta Regional del Teatro organizada por el Instituto Nacional del Teatro en la ciudad de Córdoba.

El colega Miguel Passarini (diario El Ciudadano, "A puro Teatro") recordó las instancias previas a estas convocatorias que se produjeron con motivo de los episodios producidos durante la realización de el Festival Internacional de Teatro organizado por el Instituto Nacional de Teatro (INT). "Bajo el rubro de `El INT Presenta' -comentó Passarini-, se lanza en Rosario un Festival Internacional de Teatro que era una continuidad de otros que se realizaron en distintas ciudades del país con una misma programación y que demandó una cantidad de dinero bastante importante. En una reunión previa con Miguel Palma y otros representantes de la delegación local del INT, nos enteramos que en principio no estaba prevista la inclusión de ningún elenco rosarino en la programación porque los organizadores opinaban que ninguno estaba a la altura de una muestra internacional".

Este episodio fue corregido, en parte, por la acción de la gente de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario, otro de los organizadores del fastuoso Festival Internacional y que se negaba -lógicamente- a aparecer auspiciando una movida sin representantes locales.

Todo esto, en el marco de una ciudad que estaba perdiendo dos salas de teatro, fue considerado por parte de este cronista y otros periodistas como un despropósito. Como la inclusión a último momento de los grupos que representaron a esta ciudad en ese evento.

"Hay gente que no se banca la disidencia -acota Passarini-, por eso y por tener otra mirada con respecto a la de los organizadores, no fuimos invitados a la Fiesta Regional de Teatro que se realizó en Córdoba".

Consensuando algunas opiniones de los teatreros presentes, se admite que mucha de la gente que está en el INT ocupa lugares que nadie ha intentado ocupar; producto de falta de tiempo o de la comodidad que implica delegar en representantes que no siempre satisfacen las expectativas de sus representados.

Esto es difícil de entender. Según el propio Passarini "en una ciudad que tiene más de 30 elencos inscriptos y diez salas funcionando, y con la posibilidad de presentarse a las convocatorias que periódicamente lanza el propio Instituto Nacional del Teatro". Esto fue en parte refutado por el actor Gabriel Roca, quien planteó que "no permiten ocupar esos cargos, no es que la gente no se presente, pasa que lo ocupan siempre los mismos".

Por su parte, la directora Graciela Casanova se permitió dudar del carácter transparente de dichas convocatorias, al citar su caso puntual: "Yo me presenté a una asistencia técnica de las que organiza el INT en Posadas y en realidad la carpeta nunca llegó, la gente de allá me tuvo que rastrear por la guía telefónica para poder contactarse conmigo, es decir que en algún punto algo no funciona y no creo que esto sea un echo aislado".

La actriz Candela Siale, preocupada por el marco legal que tendrían que tener todas estas demandas, planteó la necesidad de una "auditoría de los movimientos de dineros que maneja el INT". Esta postura fue avalada y ampliada por la creadora y representante del Movimiento de Apoyo al Teatro de Rosario, la directora Maria Teresa Gordillo, una de las responsables directas de la histórica Ley Nacional del Teatro que dio origen al INT. "Yo participé en la redacción de la Ley Nacional del Teatro y sostengo que con el INT pasa al revés del Instituto Nacional de Cine. En nuestro instituto nunca se hace un balance, no se sabe nada del dinero ni cómo se administra y eso es algo que todos deberíamos saber".

La reunión entonces pasó a tener un carácter deliberativo y la mayoría de los presentes coincidió en que la discusión acerca del destino de los fondos que se manejan para subsidiar la actividad teatral no sólo debería quedar relegada a la función del INT.

El actor y director George De Bernardis fue el que abrió el fuego, invitando a todos a reflexionar sobre una situación que según él "no pasa solo con el INT sino también con las otras organizaciones culturales, como la Secretaria de Cultura de la Municipalidad de Rosario y la Dirección Cultura de la Provincia: hay una masa de dinero que circula y se reparte allí también; la diferencia es que con el INT ocurre que fue producto de una ley por la que peleó mucha gente que hoy esta muerta".

Por su parte, el actor Ramiro Lollo (La Comedia de Hacer Arte) adhiriendo a la postura de De Bernardis comentó que debería hablarse de "políticas culturales y ampliar esto del Instituto a la gente que hace años viene desarrollando gestiones en organismos como la Secretaría de Cultura de la Municipalidad y la Dirección de Cultura de la Provincia. Todos sabemos la gente que esta en esos lugares y cómo direccionan esos fondos".

Lollo se manifestó impresionado por algo que no sucede frecuentemente en la ciudad y rescató la posibilidad de "que estemos hablando, y reflexionando acerca de que cualquier cambio o propuesta de cambio sólo se puede producir a partir de un trabajo previo nuestro, no debería ser un problema personal contra determinada persona, debería haber un núcleo fuerte de gente de teatro agrupada para decidir las cosas en conjunto".