Se los ve desde el colectivo (que anda a paso más lento en este mes de enero), cubriendo y alegrando las paredes de colegios céntricos como el Normal 1, el Nacional 2 y tantos otros de los barrios periféricos. Son los murales que realizan los alumnos y financia el Fondo de Asistencia Educativa con la guía del docente universitario y artista plástico Jaime Rippa. El proyecto, que ya ha dado sus frutos en 50 escuelas en sólo dos años, se llama "Rosario Embellece". Pero sus murales no sólo embellecen la ciudad, sino que transforman la obligación debida de ir a la escuela en una apasionante experiencia de vida.

"Empleo la educación por el arte", cuenta Rippa a Rosario/12. "El arte le habla a la parte emotiva del ser humano. Hace que el alumno tome interés en la escuela. Que la escuela no sea una pesada carga sino un placer de ir a aprender. El niño que ahora siente, será un adulto capaz de pensar".

Con la ayuda de las docentes de plástica, y de un equipo integrado por Juan García, de la Universidad Tecnológica; Analía Difulio, graduada en arte en Córdoba, y Bibiana López, docente de la UNR, Rippa despierta en los más chicos la alegría de crear su propio entorno cotidiano a partir del mundo mágico que vuelcan en sus dibujos. Esto conlleva un proceso técnico de varias etapas que van de los bocetos a la realización e inauguración del mural. Todo el proceso es registrado en video y en fotos por Rippa, quien luego muestra el video editado como parte de sus charlas didácticas para prender la chispita del muralismo.

El Fondo de Asistencia Educativa (FAE) del Municipio de Rosario es una organización tripartita creada por decreto provincial. El FAE también se asocia con proyectos como el de Biblioteca Móvil, el Programa de Salud Escolar y el de Trabajo con Niños y Adolescentes en Riesgo de Exclusión Escolar. Su comisión está integrada por un representante de cada una de estas tres instituciones: la Federación de Cooperadoras Escolares Rosario, la Secretaría de Educación de la Provincia de Santa Fe y la Municipalidad de Rosario. El de esta última, Oscar Schroeder, es su presidente y convocó a Jaime Rippa con una pregunta: "El FAE no sólo va a arreglar paredes. Frente a la deserción en las escuelas, ¿qué podemos hacer?".

"Murales", fue la respuesta de Rippa, respaldada por su conocimiento directo del muralismo mexicano gracias a un viaje, y por su propia experiencia como muralista en domicilios privados en Rosario y Funes desde 1960. Esta incluye "Visión" (2002), el mural conmemorativo, hoy destruido, de los 150 años de Rosario Ciudad. (Véase Rosario/12, martes 12 de septiembre de 2006.) Continúa Rippa: "Entonces Ana María Rodríguez, supervisora, me convocó a 60 docentes de plástica en la escuela del Parque Alem. Di una charla. Me contestaron dos o tres. El Dr. Schroeder me dijo: 'Esto no anda' y yo le respondí: 'Quiero hablar con los alumnos'."

Y eso hizo y hace. "En algunas escuelas los reúnen a todos", relata; "en otras voy curso por curso, dándoles charlas para que hagan los bocetos del mural. Comenzamos con ideas sugeridas por los docentes del área o también libres, a través de bocetos individuales hechos en la escuela o en la casa. Después, con la directora de la escuela, planificamos: primero, dónde hacerlo, y después cómo. ¿En pared, mural transportable, en cerámica? El procedimiento varía de acuerdo al lugar que elige la escuela. Si es abajo, trabajarán ahí mismo; si es arriba, hago murales transportables. Luego la escuela me manda, por curso, los dibujos", narra, mostrando un sobre de papel madera donde se lee "3ero. B".

"Yo saco parte de cada uno de los dibujos y hago el plano general de los dibujos: un boceto general con los dibujos individuales en una composición. Les llevo el plano a escala y cuadriculado, para que ellos sepan cómo pasarlo a través de una cuadrícula. Para los murales transportables, en fibrofácil sobre bastidores, me hago mandar por el FAE las maderas, clavos y cola, todo". Rippa no cesa de destacar el entusiasmo con que participan los chicos en todas las etapas del mural. En el colegio 'Atahualpa Yupanqui' se entusiasmaron y se pusieron a pintar las columnas. Todo eso se ve en su registro.

Pero antes de colorear hay que preparar la base: "Damos una mano de blanco, con pintura al látex, y a secar. Al otro día se copia el boceto". El video que corre en la TV de su living ahora muestra a maestras y alumnos entintando un piolín, al que estiran y pulsan con un golpecito seco para dejar marcadas las rectas de la cuadrícula. "Después les enseño a borrarla", anticipa. La pintura del mural, con esmalte sintético de colores, queda en manos de ellos mismos: "Que los docentes organicen el trabajo. Una vez hecho el mural, vuelvo para organizar el protocolo de la inauguración, en que el mural se muestra a la comunidad. ¿Qué se va a hacer? ¿Fin de año con entrega de libretas? ¿Invitar a autoridades, a docentes de otras escuelas, al intendente? ¿Cómo hacer la invitación? ¿Cómo organizar la festividad? Cada escuela hizo una invitación distinta", cuenta, mostrando un álbum donde atesora cada una. Y cada escuela hizo una fiesta distinta: "¡Hasta con batucadas!", evoca.

El proyecto "Rosario Embellece" fue presentado por Rippa el año pasado en el I Congreso de Cultura en Argentina, celebrado en Mar del Plata. Ya se inauguraron 12 de los 30 murales empezados en 2006. Este año promete muchos más.