Cada año, las preguntas parecerían girar siempre sobre un mismo eje. Es que, a punto de lanzar su décima edición, el Festival de Jazz de Santa Fe ha logrado sostener un crecimiento que siempre es noticia, consolidándose edición a edición y ratificando en esa perdurabilidad la vitalidad de la escena jazzera en la capital provincial. Desarrollándose esta vez a lo largo de cinco noches, que se extenderán desde el próximo miércoles hasta el domingo 12, el encuentro contará nuevamente con la visita de figuras destacadas del ámbito nacional, como el dúo conformado por Jorge Navarro y Gustavo Bergalli, la Creole Jazz Band o Daniel Maza junto a su trío, además de las propuestas más fuertes de Santa Fe.

Organizado una vez más por el Santa Fe Jazz Ensamble y la Universidad Nacional del Litoral, en su décima edición el festival volverá a permitirse un salto de calidad, elevando el piso sin pensar en las consecuencias, según explicó Pedro Casís, uno de los organizadores del proyecto: "Cada año se va a hacer más complejo mantener el mismo nivel y el compromiso de poder volver a montar un espectáculo como el que hicimos el año pasado, con el que pensamos que habíamos tocado un techo. Pero este año ya hemos incorporado un día más. Trabajando en asociación con el Festival de Jazz y Otras Músicas que en mayo organiza el Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hemos incorporado una noche, la del jueves, que está coproducida con ese Festival, que en contraprestación va a incluir un número santafesino en su edición de mayo. Para eso nosotros elegimos, casi como nave insignia del Festival de Santa Fe, la `Suite Borgeana` que es la que vamos a presentar el miércoles en la primer noche del festival".

En relación a las cualidades particulares de esa obra, Casís detalló: "Es una composición en siete movimientos que hizo Ramiro Gallo, comisionado por Wynton Marsalis, en el 2001 y que se estrenó en el Lincoln Center con la banda de jazz del Lincoln Center que dirige Marsalis y la Orquesta El Arranque. Es una composición basada en cuentos de Jorge Luis Borges, una especie de poemas o estampas musicales, con nombres muy sugestivos, como `El Sur`, `El Aleph`, `La forma del puñal", paisajes musicales que ha pergeñado el Maestro Gallo y que están organizados con dos orquestas simultáneas. Eso vamos a mostrar la primer noche en Santa Fe y en mayo en Buenos Aires".

Esa participación en el encuentro porteño le brindará al festival santafesino una visibilidad nacional que, hasta el momento, parece esquiva. "Hasta ahora no hemos tenido un eco en los medios capitalinos, salvo alguna nota esporádica hecha por gacetillas que se han enviado. Pero no hemos tenido una cobertura día a día, a pesar de que los medios están invitados a participar. Esa sería la única deuda que va quedando en el camino, pero son cuestiones que por ahí escapan a la faz artística, que es en lo que más nos detenemos nosotros como músicos, en programar y trabajar", consideró.

Sin detenerse entonces en posibles repercusiones mediáticas, los organizadores van generando además diversas alternativas para lograr que cada encuentro pueda tener un registro de lo acontecido: "Desde el año pasado el festival ha generado su propio hijo, que es el disco. Inclusive el año pasado se filmó un documental de una hora basándose en la noche que participó el Ensamble junto con Gerardo Gandini, haciendo la suite `Tangos y Postangos`. El canal de cable local hizo un documental de una hora con esa presentación, que se volvió a pasar durante el año. Y además estaba la grabación de todas las noches del festival, que se editó bajo el sello de la Universidad Nacional del Litoral. Es un disco que reúne un par de tracks de cada uno de los artistas que se presentaron y que hace un muestrario del clima que se vivió en esas cuatro noches. Es un documento que este año se va a continuar, porque vamos a grabar todas las noches para una futura edición dentro del sello de la Universidad. Es algo que se generó en sí mismo y que nos pone muy contentos porque esos discos van a trascender por sí mismos".

Establecida la intención de lograr un salto internacional para la próxima edición --a partir del interés de participación que demostraran grupos de España, Italia, Cuba y Brasil--, este año el encuentro ampliará sus encuentros de trasnoche, siempre respetando la amplitud genérica que es ya una marca distintiva no sólo del festival, sino de la propia escena santafesina, según concluyó Casís: "A lo largo del tiempo es como que el género jazzístico se fue expandiendo en direcciones divergentes. El swing es solamente una de las ramas, y por ejemplo nosotros en Santa Fe nunca tuvimos orquestas de jazz tradicional. Hemos tocado en grupos informales, pero nunca tuvimos una orquesta con trayectoria como hay en Rosario, Bahía Blanca o Buenos Aires. En cierta manera es una necesidad de la gente, que siempre lo pide, y el festival lo ha incorporado, y eso no significa que sea un festival de jazz tradicional. A la par de eso tenés una vertiente folclórica de proyección, como ocurrió el año pasado con la presentación del Negro Aguirre, o la fusión de funk y candombe que hace Daniel Maza. Este año por ejemplo tenemos también a la Creole Jazz Band y al grupo de Jorge Navarro y Gustavo Bergalli, que representan a la creme del jazz porteño, la línea histórica en su mejor expresión internacional. Pero también está La Banda Hermética, un grupo de gente joven que está sonando cada vez más fuerte cultivando una música que por el momento es hermética, porque la música de Hermeto Pascoal tiene sus códigos, su mecánica. Otro ejemplo es el Latin Jazz de Santa Fe que empezó siendo una expresión afrocaribeña pero hace un par de años está trabajando con un lenguaje tanguero".