El grupo Los Media Naranja volverá a presentar mañana su versión de Made in Lanús, la destacada obra escrita por Nelly Fernández Tiscornia. Formada a finales de 2002, a partir de los talleres que el director Edgardo Rosini dictaba en Casilda, su ciudad de origen, la compañía debutó oficialmente con la adaptación que, en 2004, realizaron de Inodoro Pereyra. Un año más tarde presentarían su versión de la obra con la que mañana, a las 20, regresarán al Cultural de Abajo de San Lorenzo y Entre Ríos.

Apuntada por Rosini como "una obra rica en identidades e identificaciones, una obra profunda, conmovedora, pero por sobre todo necesaria", Made in Lanús relata el reencuentro de cuatro personas que debieron abandonar el país durante la Dictadura. Aunque sobrevivientes, ninguno de ellos ha salido indemne de ese exilio, en una puesta que por estos tiempos cobra además nuevos significados, según comentó el director a este medio: "Es una obra que siempre nos gustó, que nos parece un clásico del teatro argentino contemporáneo. Fundamentalmente porque nos toca a todos y si bien nos identificamos con la temática y la posición de la autora, es una obra en la que pasan cosas que nos tocan a todos. No hay blanco ni negro, buenos o malos. Cuando se estrenó el motivo era la dictadura militar, y estaba en juego la vida física, pero desgraciadamente Made in Lanús también representa a las personas que no tienen oportunidades laborales o profesionales en el país y tienen que irse, con todo lo que eso conlleva. Y ahora están yéndose los hijos de aquella generación que tuvo que irse por otros motivos".

Además protagonista de la obra junto a Adriana de Carlo, Mariale Loria y Horacio Sensacore, Rosini destacó que la búsqueda del grupo no se ciñe únicamente a autores argentinos contemporáneos, sino a lograr un acercamiento con el público general: "Nos interesa llegar a la mayor cantidad de gente posible sin traicionar nuestra ideología. Creemos en el teatro como reflejo de la realidad, queremos acercarnos al teatro griego en cuanto al fin didáctico y educativo. Nos interesan mucho, y es un desafío dentro de la dramaturgia argentina contemporánea, autores como Daulte, Spregelburd, Veronese, Tantanián. Pero así como no queremos hacer el Conventillo de la paloma, tampoco propuestas que alejen a la gente. A veces se olvida al espectador común, al público, y tiene que haber variedad de propuestas. Intentamos defender el teatro no sé si literario o necesariamente de texto, pero sí donde haya una historia. Por eso mencionaba a Daulte, que si bien tiene otra dramaturgia, fragmentada, de la posmodernidad, de la superposición, el intertexto y demás, sus historias se siguen entendiendo. Eso es lo que buscamos, porque durante mucho tiempo creo que nos olvidamos del espectador común".