Lunes, 30 de enero de 2012 | Hoy
Por Gary Vila Ortiz
*En realidad en toda enumeración hay un sueño o tal vez una memoria, pero la enumeración subsiste pese a las reglas de todo lenguaje. Sabiendo, claro, que en otros lenguajes las enumeraciones se hacían de otra manera y en muchas ocasiones sin utilizar letras. La mejor de las enumeraciones es la que dicta el amor. Por ejemplo, estanque, naranjas, el café de la marquesina, ya muerta. Otra: los distintos tonos del amarillo entre los cuales se encuentra uno que nunca pude encontrar y nunca pude darte.
*Los ancianos tenemos muchas enumeraciones, a veces olvidamos de qué tratan, en otras ocasiones no hay olvido posible para ellas, digo ellas, esas enumeraciones.
*Recuerdo de una redacción: Anatole France, Horacio, Borges. Agregados unos cigarros que me traía en los inmensos bolsillos de su saco Busaniche, escuchar día tras día a esos dos tipos inolvidables, Gardelli y Diógenes Hernández, decir párrafo por párrafo páginas de esa inolvidable vida del Quijote y Sancho contada por Miguel de Unamuno.
*Otro recuerdo lejano de esa redacción. A última hora. Levantan un aviso que ocupa toda la parte inferior de la página, en aquel entonces de tamaño sábana. Gardelli, mirándome: busque algo para llenar ese espacio. El que suscribe, escribiré algo, ya que no hay comodines. Escribí entonces la vida imaginaria de un músico de jazz. Eso me valió muchas cosas, lo grave es que no puedo encontrarla. Hubo algunos apasionados del jazz que se enojaron mucho pero mucho, perdón a quienes de esos indignados están aún vivos. El que conoce bien la historia es Alejandro Gollán.
*Karen, a vos nunca te perdí, no se te puede perder. En cambio si perdí a una muchachita de la cual me enamoré como un loco y logró hacerme caer, en Italia y Córdoba, del tranvía 23. ¿Alguien tendrá un tranvía 23 con muchachita perdida en su interior? Si lo tiene, me lo vende, o mejor dicho hagamos un intercambio.
*Escucho a Coleman Hawkins y su inolvidable versión de Body and Soul. Allí estaban Tommy Lindsay y Joe Guy en trompetas; Earl Hardy, en trombón; Jackie Fields y Eustis Moore en saxos altos; Gene Rodgers en el piano; William Oscar Smith en contrabajo y Arthur Herbert en batería.
*Una ancianidad dedicada a las enumeraciones, recordar, por ejemplo, aquello que otros viven en las fotografías y nosotros estábamos allí mientras la foto se tomaba. Es, al menos, divertido. "Vivir" la foto es una cosa, mirarla algo muy diferente, un sustituto. En algunos casos mejor no haber estado en ese sitio. Pero no equivocarse: una foto puede mentir tanto como uno.
*Escucho jazz desde hace unos sesenta años. Con el jazz pasa lo mismo que con los poemas de Borges, de Auden, de Brecht. Se los ama. Hay que escuchar jazz todo el tiempo que se pueda y leer hasta que el gusano loco nos salude debajo de la tierra, de su superficie al menos. Tener en cuenta que el gusano loco era un lector voraz y sabio. A mi edad ciertos momentos de enorme tristeza van enumerando todo aquello que ya no podré hacer, todo eso que no volveré a vivir. Deseo volver al jazz para hablar de una sección que puede encontrarse en Internet. La hacen entre otros, desde Nueva York, Lester Perkins y Matt Chauvin. Para recibir lo que ellos te envían hay único requisito: compartirlo con aquellos que aman el jazz. El envío consiste en una pequeña nota y un "video", pocas veces llega a los minutos. Es lógico, por muchas razones, pues lo que te va llegando es en tres secciones, una dedicada al jazz de los veinte, otra al de los treinta y titulada Jazz on the Tube. Es decir muchas son filmaciones realizadas ahora y abundan fragmentos de films y algunos cortos dedicados al jazz. Yo ya he recibido cerca de cien filmaciones que constituyen un tesoro y descubren cosas que ignorábamos, a las que hay que agregar todas aquellas otras que todavía nos falta conocer con mayor plenitud.
*Estoy releyendo con enorme placer El hombre que está solo y espera, de Raúl Scalabrini Ortiz, qué como algunos recordarán apareció en 1931. El libro que tengo es la sexta edición, realizada por Anaconda en 1933, y lleva en la tapa una hermosa pintura de Scalabrini hecha por José Sebastián Tallon. "Soltero o casado --dice Scalabrini--, el Hombre de Corrientes y Esmeralda es un hombre que está desnudo y solo en el interior de su escéptico baluarte verbal, que está solo entre dos millones de hombres y mujeres que están solos".
*Las dos últimas ediciones, las realizadas por Anaconda, fueron cada una de cinco mil ejemplares. No se menciona cuantos tuvo la primera que hizo Gleizer. El mismo Gleizer hizo otras dos y la Sociedad Editorial Tráfico la cuarta. Es decir que entre 1931 y 1933 el libro de Scalabrini Ortiz debe haber andado en una muy buena cantidad conquistando a sus lectores. Setenta años después ignoro cuantas otras ediciones pudieron hacerse, pero tengo el pálpito que en estos momentos dudo que haya muchos lectores de Scalabrini Ortiz y si hay quienes lo leen por obligación o algo parecido, no deben entender el mensaje esencia que daba. El hombre que estaba solo y esperaba sigue solo y por supuesto que sigue esperando.
*Leo y releo con insistencia las obras de George Steiner, las que he conseguido y tengo a mano. No siempre me resulta fácil comprenderlo, en ocasiones lisa y llanamente no lo entiendo. Eso me apasiona. Me hace patente que mi diferencia con los simios no es muy grande. Los mandriles comprenden bien a Steiner. Copio unas líneas: "Pensar es algo supremamente nuestro, se halla oculto en la más íntima privacidad de nuestro ser. Es también el más común. manido y repetitivo de los actos. La contradicción no puede resolverse. Otra de las razones para una tristeza que se adhiere a nosotros". (De "Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento").
*Es divertida mi computadora que por algún motivo y cuando le viene en gana comienza a escribir en versalitas, ese tipo de letra que me gusta tanto. Puede ser que haya alguno que no se trata: es un tipo de letra, según el diccionario, en que las mayúsculas tienen la misma altura de ojo que las minúsculas. También se llaman versalilla. He trabajado con muchas máquinas de escribir, recuerdo que había solamente una que tenía versalitas.
*Una breve aclaración sobre el título. He usado la palabra cacahuete, cuando en realidad quería usar maní con chocolate, esos que se vendían en los cines del pasado. El cacahuete es una planta de origen americano. Creo que maní se usa en algunos países del caribe y en el nuestro, claro.
*Maní con chocolate pero en versalitas. Sin duda se trata de un verdadero acto democrático.
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