Domingo, 12 de agosto de 2012 | Hoy
CONTRATAPA › FOTOGRAFIANDO LA ZONA
Por Adrián Abonizio
* El había ingeniado El Equipo del Amor cuya conformación era la siguiente, armado con apellidos reales de ex y actuales jugadores: Noche, Mesa, Messera, Flores y Blanco, Gamboa, Dellorte, Bustos, Camino, Alfaro y Más. Le gustaba eso, le aliviaba la pena de tener en su corazón El Equipo de sus Sueños, herrumbrado en las últimas posiciones, sin amor ni fe.
* Vivió sirviendo las mesas del Club El Inmortal. Rengo, flaco, con un pucho esquinado en su boca y la pinta que no vuelve más enmarcada en un cuadro puesto como con pudor, cuando saliera en la tapa de la Goles. "Artillero", rezaba el título. Por esa época se defraudó para siempre en amores. Quiso querer pero la dama eligió a su mejor amigo. Cuando él murió ella empezó a ir al club, a buscarlo con sonrisas, regalitos caseros, noticias cómplices. El amor que no olvida cuando es vulnerado obró en él de manera piadosa. Verla así, viuda y sin un centavo lo movió a ofrecerle la cocina del lugar, libre de gastos. Todo prosperó, pero el corazón del hombre no regresó nunca atrás. Hice lo que hay que hacer, dice distanciándose mientras todos sienten la mirada de Angelita a sus espaldas enamorada retroactivamente, a la vez que limpia el vidrio del cuadro con el campeón salvador.
* Camina por ese barrio tétrico, tratando de mimetizarse con las sombras de los plátanos, con el cuerpo de sombras que proyectan las torres del algunas casas. Le falta una cuadra. Y piensa: "Debería estar saliendo aún con ese pibe al que dejé hace unos días. Al menos me traía a mi casa en auto". Cuando pone la llave en la cerradura y cierra tras su espalda el mundo horroroso como buena dama ingrata que es, deja de pensar en él. Y lo olvida.
* Le pregunta por su novia hermosa que supo acompañarlo y el pibe, livianamente, fumando, responde: Me salía cara y era peligrosa. El tipo adulto se queda mirando sin entender. El pibe sonríe: yo vivo en Arroyito y ella en La Tablada. Para verla gastaba en cuatro bondis y siempre con cagazo de que me asesinen por andar en esas calles. Por eso la dejé. !Ah con el amor.!...paraciera que es practicidad y fundamento.
* Ella habla, parsimoniosamente en la mesa alta de la cocina mientras afuera está lloviendo. Dejé a mis novios anteriores porque los quería demasiado y se estaban transformando en maridos. No lo pueden entender y me buscan y me llaman y me persiguen. El tipo que está frente a ella siente un vértigo en sus entrañas porque él también a esta altura parece penetrar en esa categoría y de algún modo explícito, el mensajero Cupido le está anticipando lo que ha de venir.
* Fito va a emprender una gira por los 20 años del disco El Amor después del amor, dice ella, mientras pinta en el piso, echada con la gata y el mate. Su prima, vaciando el vaso donde una tinta rosa flota dentro solo acota: Eso le hace muy mal al amor. Es prostitución. Es el horror después del amor, culmina la primera. Y se ríen para luego, súbitamente enmudecidas, ponerse serias como en un pésame.
* Conoció al amor en una casilla, era invierno y ella estaba azul pero no de frío, en la cara le derramaba un cartel de neón de la ruta cercana. Le extendió la mano para tomar la plata que depositó bajo la virgencita que velaba la cabecera de la guarida. Luego, mientras ella se ponía de pie y le ofrecía el mate tibio él oyó aquello que lo sobresaltó pero que lo envolvió y le dió fundamento a su vida posterior. Che, me gustó...¿no queres ser mi novio?. Sí, dijo él rápidamente. ¿Cómo se hace?. ¿Cómo se hace con qué? contestó ella cubriéndose púdicamente los pechos. Con esto, con tu vida. Ella se tomó un tiempo, armó un bolsito y con una sonrisa ultraterrena y azul le declaró: Simple...me escapo con vos ahora mismo. Y se fueron a vivir a otra casilla, felices, torpes, pobres, mareados de amor.
* "Del amor no sé nada, sólo que es instinto y algo de suerte. Luego la costumbre lo mata. Por eso, el único amor posible es el que está viniendo, el que uno espera en la milonga y tarda en llegar. Mientras... uno baila, piba", murmura el jovato que se sabe de memoria el sonsonete para alucinar a las pibas que cada sábado se cuelgan de sus brazos de anciano para dejarse conducir nunca al lecho amatorio sino al cielo del berretín, las flores negras, las palabras justas y el perfume a tango.
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