Sábado, 14 de septiembre de 2013 | Hoy
Por Miriam Cairo
-Ayudame a correr estos trastos viejos.
-Sí, ordenemos porque este corazón es un desastre.
-Dale. Día de limpieza general.
-La mantis religiosa va lejos de la araña.
-Ok.
-¿Y esta chatarra qué es?
-Malos recuerdos.
-¿Para qué los guardás?
-Para abono.
-Los psicoanalistas se harían un festín.
-"Explicar la flor por el fertilizante".
-La historia de siempre.
-Ajá.
-¿La larga y brillantísima vida?
-Dejala por ahí, todavía no encuentro lugar. Yo colgaría aquí el temblor.
-Puede ser. Así ahorramos espacio. Sobre la línea del horizonte acomodá todos los días, desde el primero hasta el último.
-¿Por género o por autor?
-Mmmm, yo diría de domingo en domingo.
-Ok: Pessoa, Girri, Wallace, Borges, Macedonio, Jacques Dupin, Marguerite, Marguerite, una vaga fosforescencia...
-La vaga fosforescencia viene aquí.
-Ajá. En aquellos bidones están todas las lágrimas. ¿Te parece que las sigo guardando o riego el jardín?
-Hagamos un mar.
-Ok. Tomá el viento.
-¿Tanto?
-Todo.
-¿La hormiga? ¿Dónde la pongo?
-Sobre la luna.
-Silvina, Ionesco, Berger, Perlongher?
-¿Qué hay en estos pozos?
-Lenguaje.
-Bueno, hagamos otro mar.
-Pará, dejame verlo primero. Tremolo con el verbo tremolar.
-Si seguís así no terminaremos nunca.
-Cenego con el verbo cenegar.
-Mirá que se nos viene la noche.
-Espacio con el verbo espaciar. Cormorono con el verbo cormoronar.
-No veo nada. ¿Hay velas?
-Sí. Velas hay. Pabilo con el verbo pabilar.
-¿Fósforos?
-Fuego. ¿Dónde guardo el fuego?
-Hagamos otro mar.
-Dale. ¿Los bares?
-A la izquierda.
-Azulo con verbo azular. Moreno con el verbo morenar.
-No te distraigas. Seguí con los días hasta el final.
-Ok. Strand, Olga, Kafka, Clarice, St. John, Alejandra, la niebla, el hombre que pasa a las diez de la mañana.
-Al hombre que pasa lo vamos a soltar.
-No, no puedo.
-Hay que dejarlo ir.
-Pero es mi hombre que pasa. No, no puedo. Quitemos otra cosa, por favor.
-El viento.
-No, no puedo vivir sin el viento.
-El fuego.
-Tampoco. Estanislao con verbo estanislar. Palabro con verbo palabrar. Infinito con el verbo infinitizar.
-Lo único que vas a conseguir...
-Unico con el verbo unicar.
-Volvé a los días porque no terminamos más.
-Yes. Clarice, Aleixandre, Cheever. Bolaño, Vallejo, Parker. Basho, Le Quintrec, Esteban. No me va a alcanzar la línea del horizonte para todos los domingos.
-Tenés el corazón dilatado.
-¿Quién lo dice?
-Yo.
-¿Quién yo?
-El yo de tu yo.
-Pará un poquito, porque el trato era limpiar el corazón, no embarrar la cancha.
-¿Será posible que siempre nos pase lo mismo?
-Sí. Mismo con el verbo mismar.
-Es peligroso revolver todo lo que está oculto, escribir con palabras.
-La gente prefiere los hechos antes que las palabras.
-Yo te lo digo siempre.
-Traeme el vampiro que no quiero desaprovechar toda esta sangre. Hay tanta sed en el mundo...
-Pero el mundo no lo alimenta tu sangre. Al mundo le hacen falta guerras, guerras, guerras. Y libros que expliquen las guerras. ¿No entendés? ¿A quién le pueden interesar tus palabras?
-A mi vampiro.
-Si te conforma, te traigo el vampiro.
-Haceme el favor...
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