CONTRATAPA
› Por Carolina Justo Van Lurzer*
Mamá Mala fractal. Revivir. Estas semanas para Mamá Mala fueron un volver a vivir muchas de las sensaciones del puerperio que le dio origen. Nada está en el mismo lugar que durante ese tiempo oscuro, nada es ya tan oscuro y sin embargo ella vuelve a verse allí, en esa cocina, en ese cuarto, en esas tetas. Triste, desesperada, sola, llena de enojo, frágil, confundida, desganada. Mamá Mala está naciendo libro y Mamá Mala no puede leer a Mamá Mala con distancia. A Mamá Mala la entristece Mamá Mala, porque Mamá Mala tironea a Mamá Mala a una Mamá Mala en pasado que suponía ya no estaba allí. Pero sí. Porque Mamá Mala no es un libro, no es un posteo, no es un personaje, no es un alter, es una experiencia, una experiencia de puerperio. Mamá Mala es una herida. Pero es una de esas que no cierran (bueno, ¿cuáles además de las del cuerpo cierran? Y las del cuerpo cierran en la dermis, en el músculo, en el órgano, pero permanecen allí para recordar la experiencia que les dio lugar). Mamá Mala es una deixis de la oscuridad propia. Allá, en ese momento, acá, en este cuerpo. Ayer, hoy, mañana seguro. Ella. Duele. Hay dolores fractales. Esos que en virtud de la fractura que los produce se reflejan al infinito en cada parte. Mamá Mala ve dolor en esa Mamá Mala y Mamá Mala ve dolor en esa Mamá Mala y Mamá Mala para y piensa: esa. Esa no es esta. Esa es una parte de esta. Se la saca un rato, la mira, le da vueltas, la rebota contra el piso a ver si se rompe, no. Se la vuelve a poner para que no le quede el agujero. Y así, con el fractal puesto sube a hacer la tortilla de fideos. Mamá Mala observa con desconcierto el modo en que Mamá Mala es esperada por muchas y muchos que parecen felices, que tal vez no comprenderían que Mamá Mala pudiera no estar tan contenta. O estar un poco confundida, contenta, no contenta, contenta, triste, contenta, rara... rara... como cuando se pare, como cuando vienen las visitas después de un parto, contentas y Mamá Mala... rara... como la maternidad... contenta y rara... fractal. La madre ve madre que ve madre que ve madre que no se deja de ver madre, hay madre allá, en ese momento, acá en este cuerpo. La maternidad es una fractura, duele, no siempre, cuando hay humedad. Buenos Aires es tan húmeda. La tortilla de fideos... Mamá Mala ve una Mamá Mala que corre a sacarla del horno.
*Este texto fue escrito a propósito de la publicación del libro Mamá Mala, que hoy se presenta, a las 12.30, en la librería Mal de Archivo (Moreno 477). Además de la autora y Florencia Sgandurra, participarán hoy de las "Conversaciones sobre maternidades" Mariángeles Camusso, Florencia Rovetto, del núcleo de género de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Rosario y Luisina Bourband, que escribe la serie Maternidad Intratable en la contratapa de Rosario/12.
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