Domingo, 31 de enero de 2016 | Hoy
CONTRATAPA › FOTOGRAFIANDO LA ZONA.
Por Adrián Abonizio
*El ha visto como proceden algunas manadas: de pronto se enciende una alarma, alguien grita, hay corridas, movimiento y ninguno sabe que sucede pero empiezan los empujones, las peleas y hasta llegan a sangrarse unos contra otros. Estampida se llama a eso. Si uno interroga el motivo entre humanos nadie lo sabe con certeza. --No sé, yo ví que empezaban y seguí. --Que sé yo, empezaron a pegarse y yo también me metí. Así actúa la electricidad idiota que mueve las almas como un columpio loco, como una marea deforme, malnacida por la demencia de estar unido en forma invisible al resto. Así también se vota, por contagio y miedo.
*Una persona sana, inteligente, inconciente de su habilidad y su fortaleza para trasmitir al resto tranquilidad y sabiduría es una piedra preciosa de infinito valor que limpia y mejora al resto. Pero este ser no debe ni siquiera imaginarse del poder que detenta, caso contrario puede empezar a sobreactuar o cebarse con la altanería, la vanidad y el ascenso al poder. Lo ha visto él a lo largo de décadas que administra esa escuelita perdida en los arrabales. Y ocurre el fenómeno tanto en alumnos como en profesores.
*La negociación de la deuda de un país soberano y pobre contra una potencia debe superar las envidias y las bajezas. Lo que está en juego mas allá de los errores, es la salud, la vida orgánica del futuro inmediato. Pero algunos prefieren entregarse al enemigo con una lógica de cervatillos encandilados por el haz sanguinario del cazador. Uno los oye lamer botas adversarias y sencillamente, da repugnancia. Es la electricidad del terror y la traición lo que las anima. La luz que encandila. Da asco, realmente. Y pena.
*En los años ochenta se usaba a las estufas de cuarzo para ahuyentar el frío. Eran baratas, pero consumían mucha electricidad. El bolsillo podía más a la hora de adquirirlas. El torturador cuyo apodo era el de un animal feroz, luego de usar la electricidad para martirizar a los detenidos, la empleaba también para calentarle la madriguera infantil a sus dos crías que dormían calentitas gracias a los 220.
*Samuel Tesla fue un genio de la inventiva en todo lo concerniente a energía. Nació en Serbia. En junio de 1884, llegó por primera vez a los Estados Unidos, a la ciudad de Nueva York, donde empezó a trabajar para Edison como un simple ingeniero eléctrico y progresó rápidamente, resolviendo algunos de los problemas más difíciles de la compañía. Se le ofreció incluso la tarea de rediseñar completamente los generadores de corriente continua de la compañía de Edison.
Tesla afirmaba que le ofrecieron US$ 50.000 (US$ 1,1 millones en 2007, ajustado por inflación) por rediseñar los ineficientes motores y generadores de Edison, mejorando tanto su servicio como su economía. En 1885, cuando Tesla preguntó acerca del pago por su trabajo, Edison replicó: "Tesla, usted no entiende nuestro humor estadounidense," rompiendo así su palabra. Marconi también le debe algún vuelto. Los capitalistas, además de dejarlo en la ruina, conocían la crueldad con los espíritus sobresalientes. Eran, aquellos explotadores " una luz para los negocios".
*La gente pedalea sobre unas bicicletas fijas y carga unas baterías que servirán a la noche para alimentar los equipos con que el grupo de rock sonará hasta el amanecer. E iluminar el escenario. Una forma limpia de generación eléctrica acumulada en esa pila voltaica rudimentaria que almacena potencia. Mirando a la gente sudar con alegría y frenesí, alguien comenta que al fin entiende la frase "caballos de fuerza" y todos ríen y son felices pues están contribuyendo a un mundo más sano. Pequeños augurios que otorga el domingo en un parque.
*Uno lo ve, lo sopesa, lo espía y se tienta de agarrase los testículos o de ser dama, la teta izquierda. Es la electricidad del terror, del engaño, de sus devaneos para no decir "los odio y quiero matarlos negros de mierda". Ojalá un día se deschavete y lo grite: tal vez en esa jornada gloriosa entendamos la energía que emanan los homicidas votados por la gente.
*Lo teníamos merecido. Meses y meses acosando al despachante lerdo de la ferretería, pidiéndole cosas extrañas, usándolo de puching ball para nuestros chistes malos. Por eso, cuando nos entregó el paquete que tenía preparado para nuestro pedido accedimos a recibirlo con sorpresa. Lo llevamos fuera y lo abrimos: un montoncito de excrementos de gato. Claro, el tipo se había cansado de que cada vez que pasábanos entremos a su santuario cargado de objetos útiles para solicitarle clavos de goma o electricidad en polvo.
*Los rayos, esas arañitas hermosas que llenan los ojos en la etapa previa o durante las tormentas es aún causa de debate. Que son resultado de perturbaciones atmosféricas, que son efecto del viento solar y su acumulación de partículas. Lo cierto y concreto es que sin ellos no hubiese existido el fuego ni resucitado Frankenstein. Eso último escribe el pibe en la prueba acerca de los fenómenos naturales. Y aclara que son, además el estornudo de Dios. Una maestra proclive a la poética lo premia con un Excelente.
*Dar a luz, alumbrar. Verbos, frases adjuntadas a una porción de la humanidad femenina que por un instante parece reúnir todas las fuerzas de llamas votivas y alcanza la magnitud de una montaña iluminada, una montaña magica y por un instante que dura lo que un siglo, se torna inocente, sin mal alguno.
*La electricidad producida por la mentira, por la impostura genera un rencor, una fuerza de miles de caballos de fuerza: si uno pudiera dirigirlos hacia ciertos candidatos de bocaza inmunda y mentiras crueles no se animarían a subir a los estrados o salir filmados en los spots: el mundo mágico de la justicia popular tendría que proceder de esta forma Y abatirlos con electricidad... Como en Monster Inc, la deliciosa peli donde una ciudad que almacena energía con el susto de los niños con monstruos amables que se aparecían desde dentro de los placares.
*Charlie Parker mencionó aquello de "esto lo estoy tocando mañana". Miles Davis aquello otro de "la música que tocamos no se puede escribir pero debemos hacerlo". Y los más jóvenes culminan con "cuando tocamos nos acercamos a eso que somos pero nunca lo alcanzamos." Indudablemente, la música de jazz es una forma de electricidad poética extraordinaria. Es el Dios de la Tormenta, el Tren de la Energía en el estado más puro: nunca sabemos quien conduce el rayo pero nos dejamos llevar. Y estrellarse por él en un sin fin de brillitos interminablemente relucientes. Eso debe ser Dios.
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