La condición es que el comportamiento expuesto refleje el de una mayoría, que los modos de expresarlo sean genuinos, que ese comportamiento satisfaga la evaluación de los demás y consiga adhesión, caso contrario será invalidado, porque las razones insinceras terminan siendo advertidas, la justificación fracasa. El muestreo empieza con algo casi remoto: las fotos de un súper. ¿Qué se quiso mostrar con aquellas fotos? ¿Que era un mito que una persona de una economía poderosa lleva una vida distinta que la de alguien que proviene de una economía rasa?

Hay que reconstruir el recorrido: la primera dama salió de su baño sin apuro y fue a hacer las compras al barrio Chino. Su GPS la orientaba. Ése era el súper, ahí estaban los mejores precios. Vestida como una más entre las mujeres del súper, deambuló un poco con su carrito, hasta que en la cola de la pescadería fue descubierta. La primera dama cotejaba los precios del pescado para tomar una decisión de orden alimenticio que no afectara su economía, y fue sorprendida. Ramiro, también de compras, se acercó a Juliana Awada y le pidió la foto, la selfie de los dos sonrientes en la pescadería subió a la red. "Me asombró la simpleza de esta mujer", escribió Ramiro, y lo rubricó con una sonrisa admirada. La selfie tomó un camino vertiginoso y muy iluminado por internet, parecido al de la gobernadora. También María Eugenia Vidal con "un look informal" aunque en entrevistas había desestimado "Precios cuidados" cuidó los precios. En el revuelo de la verdulería cumplió con el rito de hacer las compras: "Increíble encontrarnos con la gobernadora en el súper". Coincidir en un mismo espacio y en una misma acción, logra hacer sentir con sonrisas y saludos mediante, en plano de igualdad a sus protagonistas. Cuando un espacio se generaliza, la impresión es que otras experiencias también se generalizan, que en otros órdenes y ámbitos puede haber coincidencia, equiparación. Las fotos en la red alimentan esa quimera.

Religiosamente, el diario cumple con su tarea de circular por el camino elegido, en este caso el trayecto que conduce rápidamente al mundo, "hay que volver al Mundo", el más mundano es el que alimentó la argumentación exhibida: vendrá una fiesta de créditos. Un juez extranjero dirimió el asunto inclinándose a perdonar las demoras de pago, siempre y cuando se atendieran sus recomendaciones previas, entreabrió la misma puerta ya rechazada explícitamente. Pero ahora tenía otra oportunidad. Transcripción directa de Clarín del 3/3/16: "Griesa dio un paso clave para que Argentina salga del default. Explicó que será efectivo cuando se deroguen dos leyes del Congreso y se pague la deuda a los buitres".

Entonces Congreso. Ceremonia colectiva, ritos del inicio. Revisión de Ley Cerrojo, y Pago Soberano. Frente a las cámaras, los diputados prueban su preocupación, su deseo de ir con el estudio a fondo, imposible ligereza si se trata de derogar o modificar leyes aprobadas ayer. Se actuará concienzudamente, con probidad, aunque el tiempo sea muy corto. La enjundia sorteará la escasez. Resultado: la mayoría no quiso las leyes todavía frescas, un resto sí, unos cuantos que resultaron bastantes: más o menos; un tal que se había mostrado entusiasmado con el sí la primera vez, cambió y se apuntó en el más o menos. Mientras tanto, también cambió de asiento, Diego Bossio se alejó de su silla, que había ocupado hasta ese momento porque lo habían elegido precisamente para que se sentara ahí. Ahora la sonrisa bonachona nuevamente situada lejos. "César, guárdate de los idus de marzo", le advierten a César cuando entra al Senado en el que será asesinado por su amigo Bruto. "¿Y vos, Bruto?", murmuró la voz de Néstor Kirchner en el oído de Pichetto, jefe de la bancada del PJ y del FpV, cuando en la definición de la sesión bajó el pulgar a las dos leyes. Con la misma dispersión y aplicación a la velocidad modifican la Ley de Medios. Frente a la fidelidad que efectivamente existe, otros concretan el corte a la correspondencia con los que los votaron, la posibilidad de entendimiento, los cambios de postura se dan de la noche a la mañana. Frente al Congreso y las fotos en los súper ("La representación como ilusión", un tópico de Gombrich, en una cita forzada), con el eco de las frases del presidente hablándoles a los empresarios de su capacidad divina: "La manera que tienen ustedes de luchar es invirtiendo, esa es la capacidad que Dios les dio", la lucha por la acumulación de inversiones no la alienta la ambición humana sino la gracia que baja de un cúmulo del cielo, o del paraíso; más allá, por todas partes, la discusión en vivo de lo que representa la deuda diaria , el costo para sobrevivir el día a día, la gente haciendo la relación entre las medidas que se toman y el tamaño de su bolsillo . En la calle, la gente no abandona la discusión apremiante.