Martes, 3 de mayo de 2016 | Hoy
Por Sonia Catela*
A priori nos sacuden las arbitrariedades que ha pensado y escrito sobre las mujeres -entre tantos otros autores- uno de los grandes pensadores de la humanidad, Friedrich Nietzche. Apelemos a pruebas publicadas:
Sobre nuestra perfidia: "Es un indicio de la habilidad de las mujeres, que, en casi todas las partes y casi siempre han sabido hacerse mantener como los zánganos de las colmenas".
*"Aun los cuidados que deben tenerse por los niños han podido originariamente ser utilizados por la habilidad de las mujeres para sustraerse al trabajo".
*"Después de toda disputa personal entre una mujer y un hombre, éste sufre sobre todo con la idea se haberle hecho mal, mientras ella se lamenta, por el contrario, de no haberle hecho todo el mal posible".
El ser femenino:
*"Se dice que la mujer es profunda. ¿Por qué, si en ella jamás se llega al fondo? La mujer ni siquiera es plana".
Al parecer constituimos ¿una línea?
Y sigue:
*"Hay mujeres que son simplemente máscaras. El hombre busca en ellas un alma y continúa buscándola siempre".
*"Cuando la mujer tiene virtudes masculinas, no hay quien la soporte. Cuando no tiene virtudes masculinas, es ella la que no se soporta".
*"Los frutos demasiado dulces no agradan al guerrero. Por ello le gusta la mujer, la más dulce que deja siempre un amargor".
*"Y la mujer debe obedecer y hallar algún fondo a su superficie. Superficie es el ánimo de la mujer: una flotante película de agua en un estanque.
En cuanto a nuestra función social:
"El hombre debe ser educado para la guerra. La mujer, para el solaz del guerrero: todo lo demás es tontería".
*"Dos cosas quiere el hombre auténtico: peligro y juego. Por ello quiere a la mujer: el más peligroso de los juegos".
*"¿Vas con mujeres? ¡no olvides el látigo" así habló la Vieja.
Sobre nosotras y la ciencia:
*"A propósito de la emancipación de la mujer: Si se les confía la política y ciertas partes de la ciencia nace ahí un riesgo que no es despreciable. Porque ¿habría algo más raro que una mujer que supiera realmente lo que es la ciencia? Hasta las mejores sienten hacia ella dentro de sí un desprecio secreto, como si por algún concepto le fueran superiores. Puede que esto llegue a cambiar, pero por ahora no sucede". ¿Será que Nietzche no llegó a enterarse de la existencia de Hipatia de Alejandría, cuyos trabajos en filosofía, física y astronomía fueron considerados herejes por cristianos que la asesinaron brutalmente en el año 416? ¿O la obra de la matemática inglesa Ada Lovelace, quien vivió entre 1815 y 1852, entre tantas otras científicas?
Y más:
Capacidad de sentir:
*"Son ellas ahora más engañadas que los hombres y por lo mismo sufren con mayor intensidad cualquier desilusión, suponiendo que tengan bastante espíritu e imaginación para sentir ilusiones o desilusiones".
Nuestro creador:
*"El hombre ha creado a la mujer; ¿con qué? Con una costilla de su dios... su Ideal".
Antes de proceder a quemar los volúmenes de Nietzche, pongamos a Friedrich en su contexto. Indagando la causa que fundamentó la emisión de estos incontables anatemas contra las féminas, hay que remitirse a la ciencia del siglo XIX. La "ciencia" dentro de esa sociedad sostenía "la inferioridad mental de la mujer". En el libro que lleva tal nombre, Paul JuliusMoebius afirma que, "Rudinger ha probado que en el cerebro femenino la circunvolución media del lóbulo parietal y superior presenta un desarrollo insuficiente. En los hombres poco desarrollados en la parte mental (un negro por ejemplo) encuentra los mismos datos anatómicos hallados en el lóbulo parietal de la mujer".
La contratapa de esta obra nos informa que "publicada en 1900, La inferioridad mental de la mujer compendia con admirable claridad y convierte en teoría científica toda la ambigua misoginia de una cultura". Moebius concluía: "Desde el punto de vista corporal, la mujer está entre el niño y el hombre, y lo mismo ocurre, en muchos aspectos, en lo mental". En todos los sentidos queda completamente demostrado que "en la mujer están menos desarrolladas ciertas porciones del cerebro de suma importancia para la vida mental, y que esta diferencia existe desde el nacimiento". También Moebius cita nada menos que a Lombroso: "Lombroso cree que las sensaciones de dolor en la piel son menores en la mujer". Y Moebius avanza: "El disimulo, o sea, la mentira, es el arma natural e imprescindible de la mujer, a la que ésta no puede renunciar". Pero este conjunto de características lo ha diseñado la naturaleza con un propósito, ya que "la deficiencia mental de la mujer no sólo existe, sino que además es muy necesaria; no solamente es un hecho fisiológico, es también una exigencia psicológica. Si queremos una mujer que pueda cumplir bien sus deberes maternales, es indispensable que no posea un cerebro masculino. Si las facultades femeninas alcanzaran un desarrollo igual al de las facultades de los hombres, veríamos atrofiarse los órganos maternos y hallaríamos ante nosotros un repugnante e inútil andrógino. Alguien ha dicho que no es preciso desear nada en la mujer excepto que sea sana y tonta", tales algunas de las conclusiones de Moebius.
Paul JuliusMoebius se graduó en Filosofía y luego cursó Medicina, obteniendo su título en Alemania, 1877. Se dedicó a la neurología en Leipzig. Es un autorizado representante del auge científico positivista que caracteriza a la segunda mitad del siglo XIX.
En el escenario de esta "indiscutible ciencia", Nietzche postuló lo que hoy son disparates que hieren, pero en su momento, verdades irrefutables.
¿Lo perdonamos? Cada cual decidirá.
Bibliografía citada en la nota:
-Friedrich Nietzche:
Humano, demasiado humano, Ediciones Libertador, Bs As, 2004. Págs. 235, 233, 236, 238.
"Así habló Zaratrustra", RBA, Barcelona, 1995. Págs. 50, 51.
"El crepúsculo de los ídolos", Edicomunicación, Barcelona, 1999. Pág.19, 20, 21.
Paul JuliusMoebius:
"La inferioridad mental de la mujer", Ed Bruguera, Barcelona, 1982, páginas. 7, 6, 8,15, 17.
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