Sábado, 6 de enero de 2007 | Hoy
Por Gary Vila Ortiz
Distingue al náufrago la exuberancia de su memoria: exagera los hechos de su pasado, inventa otros, pero es exacto en los esenciales. Lo esencial, para el náufrago, es la seguridad de haber perdido para siempre algunas cosas. Los náufragos de cierto tiempo han perdido todos sus dientes y no se parecen en nada al más célebre de todos los náufragos, Robinson Crusoe, que en realidad no era náufrago para nada. Para el náufrago no existen jueves ni viernes, ni martes ni sábados, ni domingos ni lunes o, por alguna razón que desconocemos, solamente sabe cuándo es miércoles. Eso le ocurre cada tanto, que es cuando en lugar de arrojar una sola botella al mar lanza siete. ¿Dónde escribe sus mensajes el náufrago y con qué? Algunos han naufragado con máquinas de escribir y papeles, no demasiados pero unos cuantos; otros tienen lápices y lapiceras y también biromes: depende en qué isla perdida se encuentren escriben en hojas de plantas que son aptas para escribir. Uno de ellos, en una botella azul: "Las gaviotas y algunos cormoranes nos alcanzan diferentes elementos, hay pájaros nocturnos que susurran canciones, no hay rastros de nada de eso que llamamos humano".
II
Hay náufragos que fueron contemporáneos de los dinosaurios vegetarianos y ahora lo son de las tijeretas, las tacuaras y los chingolos. Hay náufragos de por vida y por varias vidas más. Setenta veces siete viven, no sabemos cómo. Hay náufragos contemporáneos de los amores de Cleopatra (los verdaderos) y que conocieron a Electra, a Cassandra, a Antígona. ¿Náufragos en dónde, de qué tipo de naufragios, de un cómo puede ser que el náufrago esté allí? Ellos, en noches de tempestad, arrojan sus botellas al río. No es lo mismo. Pero es lo único que pueden hacer. Los náufragos, aún aquellos que presuntamente han sido rescatados, siguen siendo náufragos.
III
Hay náufragos de todas clases. Lituanos, armenios, nigerianos, peruanos, argentinos en sus distintas variedades, ingleses, checoslovacos, italianos, nacidos en Praga, nacidos en Alejandría, nacidos en Lisboa, nacidos en Málaga, nacidos en Madrid, en Londres, en Cañada Rica, en Elortondo, en San Pablo, en las orillas del Arroyo del Medio. Los náufragos pueden ser tanto mujeres como hombres, niños como ancianos, pero la mayoría son hombres entre los treinta y siete años y la edad en que les llegue la muerte, que es muy variable. Los náufragos ¿se conocen entre sí? Hay varias teorías, versiones dispares sobre las que es difícil ponerse de acuerdo. ¿Documentos? Solamente uno, en una botella encontrada en el Indico, con este mensaje: "Cuando no puedes hacerme reír o llorar, sólo puedes cansarme". Firmado en Sicilia, sin fecha. ¿Hay náufragos en Sicilia?
IV
Hay náufragos en Sicilia como hay náufragos en Nueva York o en bastantes casas y departamentos de la ciudad donde escribo. Ni para los diccionarios la soledad en sitio remoto es uno de los necesarios atributos del náufrago. Sí se los suele considerar sinónimo de fracaso. Conozco varios náufragos en esta ciudad. No los define el estar solos para siempre. De hecho suelen estar en compañía. De una o de más personas. Para los náufragos el fracaso no tiene el mismo sentido que para la mayoría. Se puede naufragar en una avenida, en la arena, en un salitral, pero es cierto que el mar, los hospitales y los supermercados son los lugares en los que más naufragios se conocen.
V
No todos los náufragos se encuentran a la intemperie, casi desnudos, acaso famélicos, con largas barbas y pelos más largos aún. De hecho, no todos los náufragos son buenas personas y hay que sentir pena por ellos. Cerca de donde vivo hay un náufrago adinerado y siempre impecable en su vestir. Lee los diarios mientras toma el café muy temprano y por la noche (pero eso no cerca de mi casa) frecuenta prostitutas de quienes alguna vez le oí decir que son mujeres finas, casadas, que solamente quieren tener otro tipo de experiencias sexuales. Este náufrago rebaja a todos con su dinero y el poder que suele ostentar. ¿Por qué un náufrago? ¿Por qué supone el lector que utilizo caprichosamente la palabra náufrago? Si no lo entiende, lo lamento. Lo ayudaría en su vivir comprenderlo.
VI
También cerca de donde vivo hay otro náufrago. Joven, sucio, sobreviviendo en la calle de lo que gana limpiando los vidrios de algunos autos, comiendo algo que le dan con bondad en el restaurante de la esquina. Sea el tiempo que sea, él sabe acomodarse en sitios un tanto insólitos para poder permanecer allí durante horas sin moverse. Si el lector intenta un juego de inteligencia, o más que de inteligencia de sensibilidad, comprenderá que la diferencia entre el náufrago anterior y éste del que hablamos ahora es como la que pueda imaginar entre el cielo que quiera y el infierno que no desee. Lo que importa es que sepa cuál de los dos se encuentra en el cielo y cuál en el infierno. Es fácil, al parecer, pero no tanto como se cree. Por mi parte aún no he logrado una respuesta adecuada al interrogante.
VII
¿Cuando los náufragos se encuentran dejan de ser náufragos? Foucault afirma que el poder en sus expresiones más agresivas hace que los náufragos se transformen en un ser monstruoso que sigue siendo un único náufrago, no importa las manos que tenga, las piernas que lo sostengan, los cerebros intercomunicados en el horror entre sí. Hay pensadores que creen que esta tesis es equivocada, pero no dudan de su atractivo. Franco, Hitler, Mussolini, no eran en absoluto náufragos, pero comprendieron muy bien cómo podían cometer los crímenes que cometieron dejando que los náufragos se expresaran en una única voz, en un único idioma, en mínimos gestos y ademanes. Hasta hoy el significado de esa expresión de los náufragos sometidos al terror no ha sido puesto en claro. Ni tampoco sabemos qué sigue significando todavía hoy, cuando tantos son los náufragos.
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