Alberto Belloni vuelve a su tierra

El destierro es una de las circunstancias más amargas en la vida de un ser humano. Por lo general razones políticas habitualmente tan irracionales como la sinrazón de los poderosos, arrancan a los hombres de sus tierras de origen y los obligan a partir al exilio. Mariano Moreno, Antonio Machado, el libertario García Birlán, Atahualpa Yupanqui o Julio Cortázar son algunos ejemplos. Las infames dictaduras persiguen a los seres críticos, pensantes, a los que no callan frente a los atropellos, la expoliación y la prepotencia. Los latinoamericanos sabemos mucho de ello, los combatientes antifascistas españoles sufrieron y aun sufren el dolor del destierro. Con unos y otros alternaron de hace treinta años Alberto Belloni y su compañera Estela Weisberg. Obligados ambos a partir al exilio. Eran tiempos crueles, años de plomo, la triple A, persiguió y asesinó a cientos de luchadores sociales, el terrorismo de estado se enseñoreaba de la mano de la viuda de Perón y López Rega. Vellón, legendario militante obrero, historiador de las luchas gremiales del

proletariado argentino. Alberto Belloni, cálido y fraternal amigo, con quien mantuvimos muchos diálogos a la distancia, con sobres que llegaban abultados de recortes sobre filosofía, antropología, historia social, y boletos del metro de París. Alberto Vellón, polemista apasionado, amante ferviente de un socialismo humanista y libertario, sin dogmas, sin burócratas, sin vanguardias iluminadas, sin impostores. Alberto Belloni tus cenizas vuelven a tu tierra de la mano de tu compañera Estela, heroica y tierna mujer, de la talla de aquella Rosa Luxemburgo que tanto admiramos. Alberto Belloni aquí estamos para recordarte, para recibirte, para volver a pasar por el corazón tus palabras de aliento a la juventud, tu esperanza de una sociedad libre, con fraternidad e igualdad.

Carlos Solero

Miembro de la Biblioteca "Alberto Ghiraldo" y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos