El juez de instrucción Juan José Pazos reveló ayer que está prácticamente esclarecido el crimen de Diego Viassoli, el propietario de maxikiosko de Rondeau al 300 que fue ultimado por un delincuente que ingresó al local y manoseó a su esposa. El magistrado, quien destacó el trabajo de la Brigada de Homicidios, reveló que el detenido Ramón Aguirre de 27 años fue reconocido por un testigo que estaba en las inmediaciones del comercio. Pazos terminó remitiendo la causa al juzgado de instrucción de Carlos Carbone para unificar esta causa con otra por robo a mano armada que involucra a Aguirre.

La decisión del juez Pazos llegó luego que el único detenido por el crimen ocurrido en Rondeau al 300 el pasado 24 de noviembre fuera reconocido por un testigo presencial. Aguirre había sido detenido horas después del crimen, pero una primera ronda de reconocimiento con la esposa de la víctima había dado resultado negativo.

Sin embargo, Pazos no dejó en libertad a Aguirre ya que por sus antecedentes policiales surgió una causa anterior (por robo a mano armada) que tramita ante el Juzgado de Instrucción N° 9. La situación de Aguirre se complicó más aún al conocerse los resultados positivos del dermotest realizado por la policía.

Ayer, el juez Pazos remitió la causa al juzgado de Carbone para unificar ambas causas de Aguirre. En el expediente figura el testimonio de la mujer de la víctima, quien aseguró que "el sujeto ingresó al maxikiosko, extrajo el arma y llevó a Viassoli y su esposa a la parte de atrás del local donde después de hacerlos desnudar quiso manosear a la mujer, tras lo cual el marido reaccionó a trompadas. Allí se produjo la pelea, y tras la cual el delincuente no pudo escapar porque había un portero eléctrico para habilitar la puerta de ingreso al local". Según aseguraron los pesquisas se sintió acorralado y disparó cuatro veces a Viassoli.