rosario

Viernes, 3 de abril de 2009

CORREO

Alfonsín

Ha muerto Alfonsín, sin duda que este hecho cierra un capítulo de la historia reciente para los argentinos.

Quizás sea oportuno recordar aquella reflexión de Lermontov en su novela cuando afirmaba que llegada la hora postrera se juzga a las personas como mejor de lo que fueron o como peores de lo que fueron, y en ambos casos el juicio sería erróneo.

Para nosotros ha muerto un gran simulador, un hombre de gestos ampulosos y de agachadas atroces.

Capaz de mandar a juicio a la juntas militares genocidas, pero también de amnistiar a muchos milicos y civiles, secuestradores, torturadores y asesinos.

Capaz de mencionar a los alzados carapintadas como "héroes de Malvinas", decretar las Felices Pascuas para evitar derramamiento de sangre pero que dos años después convocó al COSENA (Consejo de seguridad Nacional) y admitió una feroz represión en La Tablada, con desapariciones incluidas.

Alfonsín que partió antes del fin de su mandato gracias al golpe de mercado de Menem-Cavallo y luego en 1995 pactó en Olivos dándole la reelección al propio Menem.

Alfonsín socio de Duhalde, impulsor de los Planes Austral y Primavera.

Alfonsín, preocupado por lo que él llama "un neoanarquismo que recorre América Latina y peligrosamente quiere cambiar la sociedad sin tomar el poder". ¡Vaya peligro!

Este es, como diría Lowith, un tiempo indigente, tan indigente que tipos como Alfonsín son presentados como ejemplos a seguir.

Que lejos aquellos tiempos de tipos como Agustín Tosco, Carlos Kristoff, Paco Urondo, Santiago Pampillón o el Gallego Soto y de miles de miles de estudiante, obreros, escritores, poetas, y pibes y pibas que no actuaban para la posteridad.

Manuel López Ocaña

[email protected]

Compartir: 

Twitter

 
ROSARIO12
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.