Lunes, 5 de abril de 2010 | Hoy
Deuda externa
Las graves crisis económicas que se sucedieron a partir de los golpes de Estado en nuestra América latina, todos ligados a escandalosas negociaciones en torno a sus deudas externas han dado como resultado el empobrecimiento de nuestros pueblos.
Muchos de nuestros legisladores hacen como el "perro que volteó la lata" cuando las fuerzas populares tocan el tema del no pago de la deuda externa, y se rasgan las vestiduras sosteniendo que hay que "honrar la deuda", que avalaron sosteniendo gobiernos que no tuvieron el coraje de investigarla y determinar la licitud o ilicitud de la misma y que priorizan sus pagos frente al hambre, la exclusión social y la desprotección de los jubilados.
Ya el mismo hecho de haber sido gestadas por gobiernos de facto le quita legalidad y transparencia. Sus condiciones, cláusulas irrespetuosas, denigración de los estamentos judiciales nacionales y sometimiento a "tribunales" extranjeros digitados por los mismos acreedores y defensas integradas por abogados de las empresas que violaron los mínimos principios del respeto a las transacciones comerciales invalida cualquier reclamo.
Las investigaciones que para el Gobierno de Ecuador realizara nuestro prestigioso Alejandro Olmos (hijo), le ha permitido a ese pequeño país hermano reducir en un 70 por ciento el monto de su deuda externa, procesar a funcionarios y autoridades, pero nosotros debemos "honrar" la deuda y seguimos preguntándonos si Martínez de Hoz, Cavallo, Machinea, y compañía no deberían estar presos por sus delitos de lesa humanidad, ya que sirvieron a la financiación de la dictadura de 1976.
¿Qué posición adoptará hoy nuestro "preocupado Gobierno Nacional" frente a los futuros vencimientos de pagos de esa inmoral, ilegal e impagable deuda externa que ya hemos pagado con creces?
¿Seguiremos posponiendo nuestro progreso?
Pagar esa deuda constituye un delito de lesa humanidad, porque los miles de niños que mueren de enfermedades previsibles por año son consecuencia de la falta de recursos que esa deuda provoca en los presupuestos de los hospitales y centros de salud pública.
Pagar esa deuda constituye un delito de lesa humanidad porque impide mejorar la calidad de vida de nuestra población con obras de infraestructura. Por eso esta deuda debe ser resistida, no importa de que partido o agrupación provenga, debe ser un compromiso de todos y para todos, porque el futuro debe ser nuestro.
Angel M. Contestí
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