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Martes, 14 de junio de 2011

CORREO

Inflación

Parece que en nuestro país, hablar de los reales índices inflacionarios es sumamente riesgoso. Los números que difunde el Indec siempre resultan más bajos que algunas mediciones independientes, esto da cuenta del ocultamiento de la verdad dispuesto desde el gobierno nacional. Pero quienes vamos al supermercado continuamente, pagamos puntualmente los impuestos, intentamos adquirir alguna indumentaria de marca, compramos asiduamente medicamentos y otras yerbas; sabemos que el costo de vida aumenta por más que el organismo público diga lo contrario.

Como es sabido, diferentes gremios acordaron con empresarios y representantes kirchneristas aumentos preventivos de salarios de diversos trabajadores. ¿Por algo será, no? De cualquier modo, los ingresos de éstos siguen muy por debajo de los incrementos de precios de la canasta básica de alimentos, por ejemplo. No se trata de informar números y porcentajes, la inflación se nota diariamente en el consumo doméstico, en los impuestos, en los medicamentos...

Una familia tipo de clase social media, a mi juicio, necesita diez mil pesos mensuales para vivir sin darse mayores lujos, por supuesto dependerá también en qué lugar del país reside. Pero, ojo, con vivienda propia. Con esa cifra, paga sus impuestos, se alimenta debidamente, dispone de cobertura médica, adquiere de vez en cuando ropa, compra medicamentos, abona las cuotas de la escuela en caso de que alguien concurra a una institución privada. Ahí nomás, nada más. Ni pensar en proyectarse, en refaccionar la casa, invertir, ahorrar. ¿Cómo hace la misma cantidad de integrantes de otra familia con recursos monetarios inferiores, o, cómo subsisten cuando hay en el hogar una familia numerosa y percibe esos ingresos o menores aun? Frente a estos ejemplos, ¿se puede hablar de desarrollo humano cuando sabemos que el crecimiento económico alcanza exclusivamente a un sector poblacional?

Bienvenidas la asignación por hijo, la ayuda económica a las embarazadas que atraviesen al menos doce semanas de gestación, las subas de los haberes previsionales tres veces al año, la mejora en el nivel de empleo; sin embargo todas esas medidas implementadas significan paliativos, no definiciones de fondo para la totalidad de los habitantes. Los problemas sociales están latentes, se ven fácilmente en cualquier sitio. La gente necesita vivir dignamente, progresar, tener ambiciones, ahorrar para próximas o futuras inversiones. Basta de engaños, de ocultamientos, de disfrazar la realidad ante el pueblo.

Marcelo Malvestitti

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