rosario

Sábado, 27 de agosto de 2011

CORREO

Hipocresías democráticas

Carlos Del Frade continúa batallando junto a tantos que lo apoyamos de una u otra manera por conseguir su banca de diputado, ganada legítimamente en las elecciones que, según coincidencia general, fueron limpias y correctas. Pero la corrección se mantuvo sólo hasta que una persona coherente, firme, respetable y luchadora, fue elegida para ser la voz de los que nunca tenemos voz en estos espacios de poder. Entonces esta "democracia" que supimos conseguir puso en funcionamiento todas las triquiñuelas propias de los que eternamente basurean las peticiones y necesidades de los ciudadanos y ciudadanas, usando incluso legislación de la dictadura, para que esa banca, tan cara a más de 60 mil votantes, fuese a las manos de un ignoto personaje de un partido de derecha, uno más de los tantos ignotos que deciden nuestras vidas con sus manitas impunes levantadas, sin pagar jamás el costo de sus aberrantes votaciones. Así, de la alegría inicial, se pasó en pocas horas a la incredulidad de los que nunca podremos naturalizar las hipocresías de la ¿democracia? Carlos Del Frade, Carlitos para todos nosotros --los que desde hace años día tras día, escuchamos o leemos sus palabras siempre justas, precisas, humanas, sencillas, avaladas por investigaciones e información conseguidas a pulmón, que nadie abona con los dinerillos de las grandes empresas, ni de la droga, ni de nuestros bolsillos (vía impuestos corruptamente gastados)--, hará de esta banca una trinchera de lucha. Como ha sido una trinchera toda su vida de trabajo honesto, de no callarse, de decir verdades como puños que asentaban golpes imperdonables para el poder, que le costaron no poder pisar ninguno de los grandes medios, pero que le dieron el cariño y agradecimiento de todos y todas los que cada vez que necesitábamos un espacio teníamos "el programa de Carlos, seguro ahí podemos decirlo". Cómo olvidar todos y cada uno de los momentos de bronca e impotencia compartidos frente al dolor de la impunidad, de la injusticia interminable, de la denuncia que cae en saco roto... Nosotros no olvidamos, mucho menos a quien siempre estuvo allí, acá y donde sea poniendo el cuerpo, el compromiso, el corazón y la conciencia, siendo tribuno de indignidades y ninguneos, como le gusta decir. Por todo eso y mucho más, Carlos Del Frade es Diputado del Pueblo en el corazón de esos 60 mil votantes y en la consciencia de quienes lo apoyaron desde otros espacios político. Quitarle su derecho ganado será una más de las vergüenzas que tendremos que contabilizar en el espinoso camino a recorrer por construir un país con todos y para todos.

Norma Ríos

Presidenta APDH Rosario

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