Edgardo, el impune

En la Edad Media era frecuente nominar a las personas por apelativos que resaltaban en su personalidad o comportamiento, por ejemplo Pipino El Breve, primer rey franco de la dinastía carolingia, o el pintor Jacopo Comin (Venecia 1518/1594), apodado Il Furioso, por la energía con que pintaba, su dramático uso de la perspectiva y los especiales efectos de luz hacen de él un precursor del arte barroco.

El monseñor que falleció recientemente, quien fuera arzobispo de la ciudad de Santa Fe, debería ser recordado con el apelativo de Edgardo El Impune, ya que a pesar de los múltiples atropellos contra dignidad humana que perpetró durante su vida partió de esta vida sin sanción alguna, gozando de la impunidad.

En efecto, este siniestro personaje, quien contribuyó con la dictadura militar instaurada en 1976, se permitió entre otras cosas ofender y humillar a Vicente Zazpe, quien amparó a muchos militantes sociales en los años de plomo.

Edgardo G. Storni fue un fiel aliado de los poderosos expoliadores del territorio santafesino, bajo gobiernos militares y civiles hizo uso de su poder espiritual e influencias, para cimentar su propio poder terrenal y contó con la anuencia de funcionarios de diversas instancias para que minimizaran o enturbiaran sus tropelías.

Cultor de la doble moral, el monseñor ahora fallecido impedía la concientización de los habitantes de la diócesis que estaba su autoridad acerca de la prevención de enfermedades como el SIDA﷓HIV, combatió la educación sexual, en tanto él mismo abusó sexualmente de jóvenes seminaristas. Conductas perversas y aberrantes por donde se las analice.

Una partida, la de Storni que no merece adioses.

Manuel López Ocaña