Lunes, 28 de mayo de 2012 | Hoy
Réplica
El estigma con el que viven las familias que se encuentran en situación de pobreza es muchas veces uno de sus mayores pesares. Parece simple comprender que lo mínimo que debe garantizar una sociedad a todos sus miembros es un espacio donde desarrollar su vida. Parece simple de comprender pero lamentablemente no lo estamos cumpliendo.
Si miramos la constitución nacional, se establece el derecho a la vivienda como algo incuestionable que se debe garantizar a todos las personas que habitan el suelo argentino.
Lamentablemente vivimos en un país (y en un continente) donde todavía no hemos encontrado la solución a esta problemática. Millones de personas viven en asentamientos sin acceso a una vivienda digna, servicios básicos, empleo y educación. Millones de personas se ubican en los distintos conurbanos de las grandes ciudades, ejerciendo lo que se denomina la toma de terrenos.
A primera vista estas tomas pueden ser tildadas de ilegales, asumiendo que cada uno debe vivir en un espacio adquirido como resultado de su propio esfuerzo sin vulnerar los derechos de los demás: "el derecho ajeno finaliza donde comienza el propio". Esta presunción podría cumplirse en un contexto donde todas las personas cuentan con igualdad de oportunidades, ahora bien ¿creemos acaso que esto existe?
Miles de familias no saben lo que va a suceder el día siguiente. La incertidumbre y el miedo es algo cotidiano en sus vidas, sobre todo debido a pensamientos como el del intendente de Villa Gobernador Gálvez, Pedro González. El hecho de que un funcionario público cuente con orgullo que en otras ocasiones ha ido con "un bidón de nafta" a terminar con tomas de terreno es inadmisible.
Tal vez el intendente no sabe que hoy en día no estamos garantizando el acceso a una vivienda digna a la mayoría de los ciudadanos que la necesitan. Tal vez el intendente no sabe que dentro de ésas tomas de terreno viven jefes de familia que trabajan de sol a sol y sin embargo no llegan a garantizar lo mínimo para sus hijos. Tal vez el intendente no sabe que para resolver este tipo de conflictos es necesario involucrar a toda la sociedad y no fomentar el desprecio por los más vulnerables.
Queremos creer que los dichos del intendente se deben a que no sabe y no a que no quiere saber.
Si es cierto que como funcionario publico esta "cansado de los ranchos con dos chapas paradas donde hay cinco chicos" debe saber que su trabajo es encontrar soluciones de fondo y no alimentar prejuicios.
El equipo de Un Techo para mi País.
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