Sábado, 3 de noviembre de 2012 | Hoy
Ley de emergencia
El pasado jueves en la Legislatura Provincial se aprobó la Emergencia de Seguridad Pública para Santa Fe, una iniciativa que no avalamos. No apoyamos esta ley, no por no pensar que la seguridad esté en crisis o la situación no sea de emergencia, sino porque entendemos que el instrumento que se eligió para abordar desde la Legislatura no es el adecuado. A pesar de compartir muchos de los enunciados, no es más que una serie de ideas bienintencionadas pero sin aplicación práctica, lo que convierte a "la emergencia" en una simple declamación. No esquivamos, sino por el contrario, abonamos debatir la situación de desmadre en materia de seguridad. Pero este debate debe apuntar a ser conducente, a adoptar medidas serias que recuperen el control y la confianza en la fuerza policial, que aseguren mayor control ciudadano, que impliquen esfuerzos presupuestarios en la lucha contra el narcotráfico y no solamente poses políticas de ocasión que persiguen claramente desprestigiar sin otro resultado que posicionamientos mediáticos. Nos vienen a decir que nos tienden las manos, pero esas manos vienen con los puños cerrados. Nos exigen autocrítica, bueno, el ministro dijo que no controlaba la policía ¿eso no es, acaso, una autocrítica? Lo criticaron ferozmente y le exigen interpelarlo. Vieron la posibilidad de hacer política y no la han desaprovechado porque quieren desgastarlo a Binner. Un párrafo aparte merece el artículo que establece la obligatoriedad de separar de la fuerza a todos aquellos jefes que se hallen investigados. Compartimos la decisión de judicializar la totalidad de las investigaciones que obran en Asuntos Internos, de hecho planteamos esto al ministro Lamberto y en esa línea se avanzó. Lo que puede convertirse en un arma de doble filo es obligar a la separación de la fuerza a todos los que tengan investigaciones, sin importar el avance de las mismas ni las pruebas que obren en las actuaciones. Con esta ley, cualquier denuncia anónima obliga a separar al policía denunciado. Compartimos la necesidad de establecer mecanismos que obliguen a purificar la fuerza, hoy con fuertes evidencias de connivencia con el delito en altas esferas de la misma, pero debemos tener cuidado con los instrumentos que sancionamos a las apuradas, sin medir las implicancias. Vamos a seguir demostrando amplitud para discutir la problemática de la inseguridad, apostando a articular y generar políticas de Estado, a debatir de cara a la sociedad, pero sin demagogia y abiertos a escuchar propuestas sin prejuicios de que provengan de otros sectores políticos.
Diputados Julián Galdeano y Santiago Mascheroni (UCR-MAR)
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