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Enterarse de tan trágica noticia es ver al país desnudo, con todas sus debilidades a cuestas, donde la política, la justicia y el poder nos deben la aprobación de materias muy importantes para el verdadero fortalecimiento de la democracia.

El atentado a la Amia fue en 1994, han pasado mas de 20 años y sus familiares siguen sin poder resolver su dolor porque nunca se avanzó responsablemente en la causa. Ahora un fiscal que a priori iba a mostrar pruebas sobre el entramado oscuro del siniestro, aparece muerto. La imagen de un país donde todo vale y nada se resuelve vuelve a sacudirnos la cabeza.

La vida en democracia es el mas puro sabor de la libertad y la justicia, evidentemente los argentinos nos volvemos a chocar con el gusto amargo de la impunidad de sectores que reinan en las tinieblas y desde ahí operan para seguir sacando provecho

El pueblo como soporte supremo de nuestra democracia merece saber qué pasó, hoy a más de 20 años del atentado a la sede israelí nos encontramos con un muerto más y nada de verdad sobre lo que pasó y de lo que pasa ahora donde cada ciudadano llora por la impotencia de saber que lo peor puede pasar y lo mejor lo seguimos esperando.

Por la memoria de los muertos en la Amia, por sus familiares, por el pueblo argentino en su conjunto queremos saber todo, que nada se esconda, qué pruebas tenía el fiscal, qué pasó realmente en su departamento, que cada funcionario político, judicial, policial, agente de seguridad se pongan al servicio de la verdad, es la única manera de fortalecer esta democracia a la que hoy le han dado un golpe de nock out que nos hace tambalear y nos entristece a todos. Por justicia, por verdad, por memoria debemos saber qué pasó para seguir adelante sin estreñimientos que nos erosione el estómago y un ácido amargo fluya en nuestro entendimiento. La democracia se merece la verdad y el pueblo debe exigirla.

Marcelo Andrada

Secretario General del Sindicato de Recolección y Barrido de Santa Fe