Viernes, 17 de julio de 2015 | Hoy
Electrónica
Desde la Asociación Civil Estudios Populares (ACEP) creemos que los cambios en relación a la forma en que los ciudadanos deben emitir el sufragio es uno de los temas más complejos de la ingeniería electoral. Esto es así porque todo cambio supone una resistencia basada en la costumbre y en el temor a lo nuevo. La experiencia realizada en las últimas elecciones porteñas ha puesto en evidencia que la mejor forma por la cual los electores adquieren confianza y credibilidad en la implementación de la boleta única electrónica (BUE) es la práctica.
En las pasadas elecciones porteñas la ciudadanía comprobó que el sistema de Boleta única electrónica (BUE) lo único que hace es automatizar la forma tradicional de emisión del sufragio, de modo tal que la máquina de votación facilita por medio de la pantalla touch la forma de visualizar la oferta electoral y la elección de los candidatos; y por otro lado, garantiza la inmutabilidad del voto al imprimir la boleta para ser introducida en la urna tradicional.
El sistema cumple con las pautas establecidas por la jurisprudencia del Supremo Tribunal Constitucional de Alemania atento a que es accesible, se puede verificar la votación en todo momento, se garantiza el secreto del sufragio; y las autoridades de mesa y fiscales pueden revisar de modo confiable el acto electoral, el recuento de votos y su resultado puesto que solo basta con comprobar si la máquina imprime fielmente la opción elegida y si suma correctamente los votos durante el recuento.
Basta con comparar la elección porteña con las elecciones santafesinas o cordobesas para comprobar que la rapidez, precisión, profesionalismos de la transmisión y comunicación de los resultados provisorios garantiza la confianza pública en los comicios e influye directamente en la aceptación de los resultados finales por parte de las agrupaciones políticas y candidatos. Sin dudas sistema BUE permite reducir errores humanos,invitando a aquellas provincias en las que sus sistemas de carga son permeables a estos errores atento a que los telegramas y datos se cargan en forma manual; a analizar la incorporación de las nuevas tecnologías en su proceso electoral.
La incorporación de nuevas tecnologías en los procesos electorales no es una revolución, sino que lo que se busca es una evolución; y para ello es necesario que la ciudadanía pueda participar, opinar, capacitarse y decidir sobre los beneficios o no de su utilización.
Jorge Antonio Abboud y Juan Manuel Busto
Directores Nacionales del Observatorio Político Electoral de la Asociación Civil de Estudios Populares ACEP.
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