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Así como el patriarcalismo invisibliza el trabajo doméstico de las mujeres y de ese modo lo ubica en un lugar subalterno, también la ideología gubernamentalista usa como coartada ideológica su omnipotencia y omnipresencia para justificar la dominación y la explotación.

Cabe recordar que la ideología patriarcal es una heredera directa de lo que en otras épocas de predominio de monarcas que invocaban su poder como emanado del más alláse llamó "poder de pastorado". Como dijera Michael Foucault, "guía de las almas y de los cuerpos", "correcta orientación de los rebaños", es decir, gobierno de las personas y las cosas. Es decir, fijación de comportamientos que los jerarcas consideran adecuados a sus planes de expoliación. Quien desobedece la voz del poder", se gana el castigo.

En su reciente discurso en el Día Internacional de los Trabajadores, el primer mandatario de la Nación explicó que una gran cantidad de personas realizan en la esfera pública trabajo inútil. Se refería, por supuesto, a las labores desplegadas por hombres y mujeres en ámbitos del trabajo social comunitario. Agregó que en la educación pública se está generando "conocimiento irrelevante". Todo un programa que refleja una clara concepción acerca de lo que Margaret Tatcher llamó "la muerte de lo social".

Por un lado, y en simultáneo con los despidos en masa en la instancias estatales y privadas, aparecen estas "didácticas palabras" que muestran el sombrío presente y anticipan lo que vendrá. Por otra parte, la lisa y llana declaración de vaciamiento y/o aniquilación de los espacios de producción de conocimientos críticos que no se encuadren en las "demandas del mercado".

La lógica perversa del sistema del capital mercancía no solo produce hechos siniestros, sino que además los hechos que generan el sufrimiento de miles de mujeres y hombres obligados a vender su fuerza de trabajo cada día en pos del cotidiano sustento generan discursos para que las masas obedezcan, continúen produciendo y, por supuesto, consumiendo mercancías y también discursos que legitiman la sumisión.

Hay que desmontar estas coartadas ideológicas que potencian el egoísmo, y refutarlas palabra por palabra con múltiples acciones de lucha solidaria.

Carlos A. Solero
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