Viernes, 17 de agosto de 2007 | Hoy
Agobiados por el saturante bombardeo informativo sobre los actos de corrupción de funcionarios de las mas altas esferas gubernamentales; como si los argentinos no tuviéramos otros problemas de que preocuparnos, sería bueno interrogarnos sino seria posible volver a los valores de integridad, vocación de servicio, confianza y compromiso de presidentes constitucionales que en el pasado efectuaron excelentes gestiones a favor del pueblo argentino como por ejemplo la distribución del PBI que desde mediados de las décadas de los años 40 hasta parte de los cincuenta, una parte de los 60 y los 70 llegó a un valor del 52% junto a la casi desaparición de la deuda externa. Vale agregar que a Irigoyen, Perón, Frondizi e Illia no se le comprobaron actos de corrupción, pese a los amarillos de turno, comprobación extensible a María Estela Martínez de Perón lamentablemente salpicada por la violencia ejercida por las bandas de derecha e izquierda que se disputaban el poder. Aquella dolorosa etapa prefascista tuvo como epílogo la toma del poder por Videla y Martínez de Hoz con sus planes de entrega, genocidio, impunidad, deuda interna y externa y corrupción cuyas consecuencias los argentinos estamos pagando hasta la fecha.
Ricardo Carreño
A propósito de las condiciones actuales de la situación laboral de los trabajadores del Estado en la provincia, no se consigue nada o se consigue muy poco cuando las presiones y las exigencias de los funcionarios no están precedidas del clima laboral adecuado. Es por tal motivo que nosotros, en nuestro plan de gobierno, pretendemos que haya un ambiente amistoso de desarrollo personal y de respeto hacia el trabajador. Hay que tener especial atención con los empleados de menor jerarquía, porque la mayoría de las veces son ignorados o son tratados sin las consideraciones respectivas. Cada individuo constituye un alto potencial humano y tenemos que promover el crecimiento y desarrollo personal, tal tarea se facilita en un ambiente laboral que los apoye y les proponga a la vez un desafío.
Todos los métodos científicos y tecnológicos tienen que estar al alcance del personal dentro de una estructura simplificada, para que los empleados puedan realizar su labor. Debe constituirse un plan estratégico de gobierno que este acorde con el desarrollo democrático, que considere las necesidades y las capacidades de cada uno de los trabajadores.
Alicia Tate
Candidata a gobernadora por la Unión Cívica Radical
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