Domingo, 31 de enero de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › HAITí CON SUS MILES DE HUéRFANOS PUSO EN DEBATE EN EL MUNDO ENTERO LAS NORMAS DE ADOPCIóN. QUé PASA EN ROSARIO.
En Rosario hay 1653 parejas inscriptas en el Registro Unico de Adoptantes dependiente de los juzgados de menores que esperan una respuesta. Pero los jueces aseguran que no tienen casi ninguna posibilidad de respuesta.
Por Evelyn Arach
La existencia de miles de niños que quedaron huérfanos de Haití desgarró al mundo entero y puso en el tapete un tema complejo: la metodología de adopción en Argentina. En Rosario, el Club de Padres aguarda ansioso un anuncio de UNICEF para acoger a chicos haitianos y denuncia que el trámite para adoptar en esta provincia puede durar "hasta ocho años". Actualmente en Rosario hay 1653 parejas inscriptas en el Registro Unico de Adoptantes dependiente de los juzgados de menores que esperan una respuesta. "Prácticamente no recibimos casos de niños que puedan darse en adopción. Muchas parejas se desesperanzan porque hay gente que está inscripta desde hace años", explicó a Rosario/12 la jueza Gabriela Sansó. Por su parte, la organización Quienes Somos, que nuclea a adultos adoptados en su infancia, pidió en un comunicado a todos los quieren adoptar un chico extranjero "que protejan el origen de cada uno de los niños en cuestión, que se tomen todos los recaudos necesarios para que en un futuro ellos no engrosen las filas de los que buscamos nuestra verdadera identidad de origen con muy pocas respuestas". Miradas divergentes sobre la orfandad y la paternidad, en medio de leyes que no se cumplen y proyectos insólitos para resolver la situación.
Por dar un ejemplo, en el terreno local el proyecto de ley para la creación de un Registro Unico de parejas aspirantes sigue frenado porque el Senado provincial insiste en crear también un registro de chicos adoptables con foto incluida e historia clínica psíquica y física. "¿Qué piensan que son, los cachorritos que se ofrecen en San Martín y Córdoba?", se preguntó indignada la diputada Lucrecia Aranda, autora del proyecto oficial. Y calificó de irreconciliable la postura de los senadores que además le otorgan al juez la potestad para negarle al niño adoptado su verdadera identidad hasta los 18 años.
"En Argentina es casi imposible adoptar a un niño si no es por entrega directa de la madre. Por juzgado lleva entre ocho y diez años, hay un vacío legal", afirmó Mariana Burgos, titular del Club de Padres de Rosario. Y añadió: "Estamos luchando para que los chicos que están en hogares dando vueltas durante años puedan tener una familia. A ellos se les pasa los mejores años de su vida allí, mientras hay miles de personas esperando por un hijo", sostuvo.
Al respecto, la nueva ley de protección integral de la infancia establece que la medida excepcional por la cual se separa a un niño de su familia no dure más de un año y medio. En ese lapso debe resolverse el futuro del menor: o se restablece el vínculo en el núcleo de origen o se piensa en una adopción. Sin embargo eso no es lo que ocurre.
"En mi experiencia, eso no pasa. Hay chicos que pasan una vida en el Hogar porque sus padres no ceden sus derechos, algunos ya cumplieron quince años allí y nunca nadie los vino a buscar. Ojalá la nueva ley comience a ponerse en práctica porque si bien nosotros le damos todo lo que necesitan, nada suplanta el amor de una familia", explicó la directora del Hogar del Huérfano María Eugenia Saccone. Actualmente hay más de 150 chicos en el hogar, de los cuales 40 tienen menos de dos años. Pero apenas un dos por ciento del total logra ser adoptado o volver a casa.
Desde el Club de Padres también denuncian que las guardas transitorias de niños recién nacidos, que no deben ser superiores a los seis meses, duran más de dos años sin que se tome una decisión con todo el desgaste emocional que eso implica para el niño y quienes lo cuidan.
Ante esta situación adoptar a un niño extranjero aparece como una posibilidad concreta y más rápida: los trámites completos no duran más de dos años. De hecho más de quinientos argentinos manifestaron a las autoridades haitianas su voluntad de acoger en su familia a una criatura de ese país desvastado por el terremoto del 12 de enero pasado. "Muchos de nosotros estamos dispuestos a adoptar un chico haitiano y esperamos anuncios de UNICEF, aunque sabemos que para lograrlo hay que tener los recursos económicos necesarios para viajar a ese país", explicó Burgos.
En un comunicado emitido hoy el Club de Padres pide "declarar en estado de emergencia a la niñez en Argentina". También "que los padres que obliguen a mendigar, o abusen de sus hijos corran el riesgo de perder la patria potestad" y "que los niños puedan adquirir la adoptabilidad si son abandonados injustificadamente por mas de tres meses".
Pero además se pronuncia respecto a la "necesidad" de que los niños de Haití sean adoptados: "En su país corren grandes riesgos y saben que no es exageración. Hay falta de agua, alimento y medicación siendo que pudieran estar cobijados con amor, con familias sustitutas", se lee.
Atinadamente, algunas organizaciones que defienden los derechos de los niños han encendido la luz de alarma respecto a esta situación. Consultado por Rosario/12 el titular de la Fundación Adoptar, Julio Cesar Ruiz, que desde hace años lucha contra el tráfico de niños sostuvo: "Ser caritativos y solidarios es una cosa, ser padres otra extremadamente diferente. Eso es lo menos que precisa un pueblo que sufre semejante catástrofe". Y agregó: "Sorpresivamente, se instaló en la Argentina y en el mundo entero, una nueva necesidad: tener en casa a un niño haitiano. Como consecuencia del feroz movimiento de tierra que mató a decenas de miles de personas en la pobre nación caribeña de Haití, en el mundo hipercomunicado se corrió la bola: "Los niños van a estar mejor en otras manos, en otro lugar". Ni siquiera, según advirtió la UNICEF, se esperó a confirmar que sus padres hayan muerto: simplemente se acuñó la idea de que los haitianitos vivirían mejor en cualquier punto del planeta y con cualquier persona, aunque no tengan ningún lazo con ellos, ni hablen su idioma, ni compartan fragmentos de su historia", se indignó.
Desde Quienes Somos advierten sobre una realidad irrefutable: "Esos niños tienen una carga biológica que es parte de su identidad y es necesario preservar. Nadie puede garantizar que lejos de su país, de su origen van ser más felices", pidió María Rosa Pelloni, secretaria de la ONG.
Más allá de que finalmente lleguen o no a la pampa húmeda argentina niños huérfanos del país caribeño, todavía puede hacerse mucho para mejorar las metodologías de adopción y a la vez garantizar los derechos de los niños en la provincia.
Con ese objetivo la diputada provincial Lucrecia Aranda presentó el año pasado un proyecto para crear un Registro Unico de aspirantes a la guarda con fines adoptivos. Así la base de datos provincial se uniría al registro nacional existente y les evitaría a las familias el trabajo de inscribirse en múltiples juzgados o registros del país sometiéndose a permanentes entrevistas. Lo cierto es que sólo obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados y no prosperó en el Senado porque se contrapuso con un proyecto del senador justicialista Eduardo Rosconi.
"Ese proyecto de ley tiene un tinte más destinado a proteger los privilegios que han tenido las familias con mayor acceso a la justicia para adoptar rápidamente a un niño que proteger el derecho del niño mismo y eso es insostenible", opinó Aranda. Y ejemplificó: "Hay un artículo que otorga al juez la potestad de negarle el derecho a la identidad a los niños menores de 18 años que hayan sido adoptados, lo cual no puede aceptarse". El artículo va en retroceso de la lucha por el derecho a la identidad que sostienen numerosas organizaciones de Derechos Humanos. Es más, Quienes Somos reclama desde hace años que la justicia les permita acceder a los expedientes históricos de los hospitales para poder conocer su verdadera identidad biológica.
"La adopción es un derecho para proteger a los niños que se han quedado sin posibilidad en su familia de origen, es un derecho constitucional. Pero otro artículo del proyecto aprobado en el Senado crea un registro de niños que pueden ser adoptados con fotos y un detalle de su estado físico y psíquico. Una especie de book de niños adoptables, lo cual es insostenible", remarcó Aranda.
Al principio la disparidad entre ambas iniciativas se centró en torno al lugar donde funcionaría el registro de aspirantes a la adopción. Pero ya fue acordado que será en los Tribunales de Familia que funcionan en la provincia. Ahora los puntos desencontrados son más graves y huelen mal, con lo cual es difícil que pueda ser aprobado en el transcurso de este año.
Mientras las parejas que anhelan tener un hijo y no pueden concebirlo continúan deambulando por juzgados y hogares transitorios; una multitud de niños sigue aguardando una respuesta estatal que les permita volver a casa y restablecer el vínculo o encontrar una nueva familia. Pero los tiempos se dilatan y las respuestas no llegan.
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