Ante la inconciencia o indignidad absoluta ¿Quién decide el final de la vida?. La sociedad argentina está debatiendo sobre el tema. La discusión no se reduce al término eutanasia. Más allá de la voluntad personal, de un enfermo terminal, en el sistema legal vigente la persona no puede elegir morir sin sufrir. La medicina cumple el rol protagónico, los médicos terminan siendo la columna vertebral del debate por ser quienes tienen el poder de la decisión final junto a los familiares que en la mayoría de las veces interponen sentimientos y su propia ideología por sobre la voluntad y dignidad del paciente.

Sigilosamente, el debate se instala en el país sobre dos casos resonantes y mediatizados. En primer lugar Gustavo Cerati y luego Camila Herbón. Ambos dependen de un soporte mecánico para seguir "con vida". La opinión de las madres están enfrentadas. La del rockero no pierde las esperanzas de volver a tener a su hijo consigo y no piensa en la desconexión. Mientras Selva, la madre de Camila de dos años, cuenta ser católica y pide por favor que desconecten a su hija y que Dios decida sobre su vida cuando lo médicos plantean que sacarle el respirador sería letal.

Hay países que avalan la eutanasia y otros la muerte digna. Argentina todavía no tiene nada legislado al respecto. El debate avanza mientras el paciente sufre una enfermedad terminal no puede elegir su final. Ese padecimiento tiene costo y da lugar a pensar en un elemento no menor del debate: los intereses económicos que atraviesan el sistema de salud donde las quimioterapias, los estudios y las estadías (con estrellas) en sanatorios cotizan en bolsa.

Por otro lado tener en cuenta los que varios países del mundo han avanzado y legislado sobre el tema. Por ejemplo, Holanda fue el primer país en legislar sobre el tema. Los pacientes que padezcan sufrimientos insoportables por una enfermedad incurable podrán manifestar su voluntad de morir. La práctica estará controlada por una comisión de especial.

En Bélgica hicieron un plebiscito y más del 50 por ciento de la población estaba de acuerdo con implementar una ley que despenalice la eutanasia. Desde que se despenalizase parcialmente, en 2002, las demandas se han multiplicado en el país. Éste año prevén superar los mil casos, lo que representa sólo un 1 % de las muertes en ese país. En EEUU, demócratas y republicanos se enfrentarán en torno a la posibilidad de legislar sobre el suicidio asistido.

Si bien, ninguna provincia argentina puede pensar en la implementación de la eutanasia por la sencilla razón que la jurisprudencia está circunscripta al Código Penal nacional y es materia del Congreso Nacional debatir y legislar. Hay antecedentes como los de las provincias de Río Negro y Neuquén que aprobaron la de Ley de muerte digna donde la normativa establece el derecho a que se le permita al paciente tener una muerte bajo el tratamiento que elija.

En la Legislatura santafesina va por ese horizonte, hay dos proyectos que formalizan y ponderan la decisión del ciudadano sobre su propia muerte. En Santa Fe existe la posibilidad que cualquier ciudadano ante un notario deje expresado su decisión final. Es el espíritu de los proyectos presentados en la Cámara por el diputado Hugo Marcucci de la Unión Cívica Radical y Alicia Gutiérrez de Solidaridad e Igualdad. Ésta última presentó el proyecto hace 3 años, perdió estado parlamentario y arremetió en mayo pasado. Plantea crear un Documento donde el ciudadano puede declarar que es lo que quiere en el momento en que es conciente y no pueda expresarlo ante el cuerpo médico y deja establecido claramente que pueden hacer con su cuerpo en caso de un evento que altere sus facultades y no pueda decidir.

La Diputada hace hincapié en la omnipresencia del médico y de ésta manera evitar el escarnecimiento terapéutico y los esfuerzos desmesurados para resucitar o prolongar la vida de alguien cuya vida será muy breve por un accidente o enfermedad.

-¿Cuál es la comparación que puede hacer con la voluntad anticipada y la eutanasia?

-La palabra eutanasia genera un fuerte rechazo. Hay una eutanasia activa y otra pasiva que es la que proponemos nosotros. Que la Voluntad del paciente quede por escrito registrado en el Ministerio de Salud con tres testigos y éstos hagan cumplir la voluntad de paciente. O sea que en un caso terminal donde no existe recuperación los médicos. Es absolutamente voluntario y no obligatorio. Las personas que no acuerdan con abreviar la vida pueden no hacerlo. La idea es pensar en el momento donde la medicina paliativa es insuficiente y la dignidad de a persona está vulnerada.

-¿En la provincia un ciudadano puede dejar ante un notario su voluntad. Usted avanza sobre la legislación vigente?

-El proyecto incluye los documentos que están en el Colegio de Escribanos. Suma que el Ministerio de Salud esté a cargo de la recepción de los documentos de Voluntades anticipadas y sea completamente gratuito y de acceso para todos.

-¿Cuál es el rol del apoderado?

-La persona puede revocar su voluntad declarada. El apoderado no puede cambiar nada de lo que expresó el ciudadano. Y debe transmitirle a los médicos que hay una declaración del paciente.

El proyecto está basado en la autonomía de las personas. Tiene en vista la omnipotencia y omnipresencia de la medicina y lo médicos con una decisión absoluta. Plantea y pondera los Derechos del Paciente. Dice Gutierrez que no se reducen a la propiedad de la historia clínica sino también respetar el consentimiento informado. Los médicos tienen que informar claramente la enfermedad de los pacientes los riesgos, los tratamiento y las salidas y aceptar la decisión del paciente. Está enmarcado en la Ley nacional de los Derechos de Paciente.

-¿Es clave la decisión del médico. Los obliga a respetar la voluntad anticipada?

-Sí el médico no está de acuerdo boicoteará la decisión. Si es el médico personal de uno ya conoce como piensa y aceptará la voluntad expresada pero si el ciudadano cae en manos que no está de acuerdo no se puede hacer mucho.

-¿Se puede sortear esa situación?

-Una de las formas es la objeción de conciencia que se está dando en todas la prestaciones que tiene que ver con la sexualidad.