rosario

Lunes, 5 de febrero de 2007

SOCIEDAD

Porqué la violencia contra menores es un tema de políticas públicas

El cambio pasa por ver al niño como sujeto de derecho y no como propiedad de la familia y transformar la vulnerabilidad en cuestión pública.

Si bien por el número de casos conocidos podría pensarse que la violencia hacia los menores ha aumentado en los últimos años, el maltrato infantil es tan antiguo como la historia misma, sólo que los vaivenes culturales de las últimas dos décadas del siglo XX llevaron a un cambio de concepción sobre el niño -que deja de ser visto como un objeto a cuidar y pasa a ser considerado un sujeto de derecho- y sobre lo público y lo privado, que ha generado un aumento en el número de denuncias por maltrato. "Así como en un momento apareció todo este debate sobre los derechos humanos en general, y en el siglo pasado se pusieron muy en agenda los derechos de la mujer y las cuestiones de género, es recién en este siglo que los que estamos en este tema coincidimos en que a partir de los '80 se fue generando un movimiento que dio lugar a que se pudiera realizar la Convención Sobre los Derechos del Niño y que dentro de los países que firmaron la Convención se fuera generando legislación con diferentes tiempos", explicó la titular del Area de la Niñez de la Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad, Patricia Giuricich. Agregó que "Argentina venía bastante atrasada en esto, así que a más de diez años de haber suscripto la Convención Internacional, recién desde septiembre del 2005 tenemos una ley de protección integral de niños, niñas y adolescentes".

En relación a estos cambios, destacó que "lo más sustancioso es esto de ubicar al niño como una persona completa, como un sujeto de derecho y no como un objeto que es propiedad de la familia que puede ser intervenido por el Estado, por las organizaciones o por la familia misma por el hecho de que está en formación y que no puede decidir por sí mismo. Lo que la Convención dice es todo lo contrario: que el niño es titular de todos sus derechos, y no sólo eso, sino que además debe ser rodeado de todo el afecto y todo el cuidado que hace falta porque es un sujeto que está en formación".

Otro aspecto de estos cambios tiene que ver con la concepción sobre lo público y lo privado. En este sentido, Giuricich aseguró que esta concepción del niño "es claramente distinta a decir que el chico es de los padres, de la familia, y que en lo que pase de las puertas para adentro nadie se tiene que meter porque es privado. Lo que se plantea acá es una ruptura entre lo público y lo privado, porque desde el mismo momento en que hay un derecho vulnerado se convierte en una cuestión pública", y aclaró: "Que se convierta en una cuestión pública no quiere decir que tiene que ser expuesto en todos lados y ventilados los nombres y las cuestiones particulares, que sea una cuestión pública quiere decir que es una responsabilidad de toda la sociedad en su conjunto".

Así, aseguró que los ciudadanos "cuando tengan conocimiento de que alguna cuestión de estas está ocurriendo no tienen que dudar en recurrir a los servicios que están hechos para este fin, los equipos de profesionales, hacer la denuncia si el caso lo ameritara, o pedir ayuda o información" y destacó que lo más importante en estos casos es "no mirar para otro lado".

Sin embargo, en relación a la denuncia aclaró que cada caso es particular, y que hay a veces denunciar el hecho puede resultar contraproducente, porque "si se logró entrar a la casa y se está trabajando con la familia, si se pone una denuncia de por medio, pueden cerrarse las puertas y el niño quedaría más aislado que nunca, por eso con la denuncia hay que ser muy estratégico. Hay que buscar a partir de la escuela, el club, o los lugares adonde el niño vaya, cómo ir tejiendo una red que lo contenga y no que lo exponga aun más".

Cabe destacar que la mayoría de los casos de maltrato infantil se dan dentro del seno familiar conviviente, por lo que la creencia de que la familia es el mejor lugar adonde el niño puede estar, "no es garantía", afirmó Giuricich, y aclaró que si bien "no está en una campaña contra la familia, lo que tenemos que pensar es que la cuestión de ser padre o ser madre va mucho más allá de lo biológico, porque un niño puede ser inscripto de muchas formas en la psiquis de un padre o de una madre, y por eso aparecen estas cuestiones".

Desde el Area de la Niñez, Giuricich apuntó que "trabajamos siempre con la familia, pero estando advertidos de que también en el seno de la familia es adonde se generan la mayoría de estas cuestiones, entonces lo que requiere esto hoy es una mirada más amplia". Entra así a jugar el concepto de "familia ampliada", porque "la familia es mucho más que papá y mamá, y hay momentos en que el padre o la madre por determinadas circunstancias no pueden garantizar que ese niño esté protegido en el ámbito familiar, entonces hay que pensar en un abuelo, en un tío", explicó la funcionaria, y aseguró que así como lo biológico no puede garantizar las funciones materna o paterna, estas sí pueden ser cumplidas por otros miembros de la familia.

Es por esta situación frecuente del lugar en el que se genera la violencia, que Giuricich destacó la importancia de "escuchar al niño", porque el discurso del adulto es sólo uno de los planos, pero el niño también se expresa, y una de las aristas fundamentales de estos cambios en la concepción del mismo es el darle un espacio prioritario a su voluntad.

Otra de las aristas de estos cambios que se plantean en la Convención es "que no se criminalice ni se judicialice la pobreza", apuntó la titular de Niñez, al explicar que "con la Ley de Patronato no había una discriminación entre los niños o los jóvenes que habían transgredido la ley, de los que por una carencia de recursos estaban en situación de calle o mendigando, y había una cuestión de prejuicio y de caer muy fuertemente sobre la familia considerando que esas eran todas situaciones de abandono, por lo cual la familia quedaba totalmente inhabilitada y aparecía la figura tutelar del juez".

Por último, otra de las cuestiones que destacaba es la importancia de tomar conciencia de que estos casos de maltrato se dan en todos los estratos socioeconómicos, por lo que no debería concebirse de manera diferente el caso de una niña de 14 años que esté limpiando parabrisas en un semáforo o el de otra que sea modelo y esté expuesta a largas jornadas de trabajo. En relación a esto, "hay siempre una tendencia a culpabilizar a los sectores de menos recursos", aseguró, e informó "que en los sectores con mas recursos estas cosas se resuelven siempre en el ámbito de lo privado, y es más difícil que trasciendan".

Informe: Paula Kearney

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Los estados deben ocuparse de la situación de los niños vulnerables. No es una cuestión de clases, la violencia no reconoce estratos.
 
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