Publicado en la edición de ayer de The New York Times, "Una rivalidad que quiebra una ciudad" es el título del artículo con el que el periodista Jonathan Gilbert pinta la previa al clásico rosarino. Hasta las páginas del periódico llegaron las anécdotas de Zanabria, Poy, el Che Guevara, el Tata Martino y el Negro Fontanarrosa, en una crónica que describe: "En esta ciudad portuaria a orillas del Paraná, la ciudad natal de Lionel Messi y punto de partida de buena parte de las exportaciones de soja de Argentina, el fútbol alimenta una división evidente en casi todas las esquinas". "No hay neutrales en Rosario", reconoce Gilbert, que apunta que "la devoción es tan completa que los residentes en la ciudad habitualmente no se describen como hinchas, sino como enfermos". "Si fuera posible, la gente aquí optaría por morir atados con los colores de sus equipos", apunta el periodista neoyorquino, antes de cerrar su crónica citando al Negro Fontanarrosa y su cuento sobre el viejo Casale.