Jueves, 13 de noviembre de 2008 | Hoy
PSICOLOGíA › JORGE CHAMORRO, DE LA ESCUELA DE ORIENTACIóN LACANIANA, ESTARá EL SáBADO EN ROSARIO.
El psicoanalista, invitado por EOL Rosario, hablará sobre el final del análisis. La alternativa al sufrimiento es que el sujeto comience a escribir su camino, y que el analista debe decir que no a la demanda de ocupar el lugar del Otro.
Por Jorge Chamorro*
La interpretación no es hermenéutica, pero tampoco responde a las diversas formas de la demanda del sujeto. El lugar de la causa en un análisis debe permanecer abierto, y la construcción, que se realiza a partir de un vacío, toma la forma de una ficción, que escapa a toda ilusión de revelación por parte del psicoanalista. Al mismo tiempo, permite al sujeto comenzar a escribir su camino, que es lo que le proponemos como alternativa al sufrimiento. La ética del analista es un forzamiento que no cede a la transferencia amorosa, la que convoca siempre al analista a ocupar el lugar del Otro. Es estrictamente analítico decir "no" a esta demanda. Esto debe ocurrir desde la primera entrevista hasta la última sesión.
Síntoma
Sin síntoma analítico, no hay análisis posible dado que éste supone la puesta en ejercicio del inconsciente. Es pensable, entonces, una primera entrevista donde el analista recorta una frase significativa del sujeto. Sea porque éste la repite, sea porque articula la enunciación del sujeto, o porque se producen efectos visibles, aún emocionales, en el momento de pronunciarla, o bien porque el propio sujeto la destaca en el contexto de sus dichos y que por lo tanto, escapa a la vocación narrativa de la intención de decir. Roland Barthes diferencia dos formas de transmisión: "Si me pongo en posición de contar, esto se llena de cosas "necesarias" que decir (para la lógica de la narración), pero que me aburre a mí mismo contar. En verdad, de la velada no he podido retener más que dos anotaciones: la falda amarilla de la dueña de casa y el adormecimiento cansado de los ojos del dueño de casa. Especies de haikus realistas, que agotan el decir y no se comunican con el discurso narrativo porque son infuncionales".
Estos haikus realistas, que son las interpretaciones, colocan al sujeto frente a ellos para causarlo a responder a partir de allí. Su consentimiento o no, nos dará la medida de su relación al inconsciente y a la entrada en análisis.
Edipo y más allá
Para Freud, la historia es la estructura. Para nosotros, la estructura de la lengua deconstruye la historia. Ya no se trata del recuerdo, instrumento freudiano esencial, sino de "hacer" una historia. Ésta comienza desde la primera entrevista, no bajo la forma de la anamnesis, sino con un rasgo recortado. Se trata de hacer la historia de dicho rasgo. Lacan lo formula de la siguiente forma: "utilizo el término reencontrar. Ya es un deslizamiento, como si todo lo de este orden ya hubiera sido encontrado. Allí está la trampa de la historia. La historia es el más grande de los fantasmas. Tras la historia de los hechos, en los que se interesan los historiadores, está el mito."
La historia vivida es, hoy, una historia relatada y, cuando el relato se pone en marcha, la temporalidad ya no es histórica sino lógica. El referente aún histórico se pierde y comienza otra referencia, que llamaremos síntoma analítico, fantasma o sinthome.
La temporalidad transformada
Esto significa pasar del trabajo sobre las identificaciones a una experiencia de la lengua. Un pasaje de las experiencias histórica por el relato y más allá del relato por el sinsentido siempre posible a partir de la interpretación con el equívoco. Se trata de un pasaje de la verdad a lo real: desabonado al inconsciente y abonado al sínthoma.
Todo análisis plantea, entonces, un avance por distintas vías; algunas son antecedentes necesarios y otras anticipaciones inevitables. La primera, el recorte de frases y la confrontación del sujeto a la misma, es una forma que puede ser pensada como interpretación por la cita. La segunda es lo que denominamos "conducción"; es decir, orientación al sujeto a hacer la historia de la particularidad recortada. En tercer lugar, el sentido del subrayado es destituido por el equívoco. Abriendo el camino joyceano, que comienza marginal a lo largo del análisis para ir centralizándose hasta absorber todos los dichos del sujeto, en el camino de constituir un nombre que el análisis le permitirá adquirir.
¿Qué prueba más clara de responder a la demanda del neurótico, que cuando el analista tiene que prolongar innecesariamente la terminación de la sesión?
Esto produce un desplazamiento de la sesión corta a la sesión de tiempo libre, que aleja al analista del lugar del que autoriza el acto. La equivalencia tiempodinero, disuelve la intervención del analista, para reintroducir de otra forma la demanda de sentido. Esta ecuación será muy justa, calma el fantasma de la arbitrariedad del Otro, pero es disolvente del deseo del analista.
*Consejo Estatutario de la EOL. Miembro de la AMP. AME: Analista Miembro de la Escuela.
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