La formación del psicólogo está direccionalizada ﷓cada vez más﷓ hacia una pluralidad de perspectivas teóricas. Estas herramientas conceptuales, aportan recursos para operar en los diversos ámbitos de ejercicio profesional, ya sea el educativo, jurídico, clínico o institucional en general. Entre las múltiples perspectivas teóricas, el Psicoanálisis tiene un lugar destacado. La especificidad del discurso analítico está en un modo de interrogar la práctica y construir su teoría desde un lugar diferente al de los malestares de época.

En Argentina tenemos nuestros acontecimientos políticos que no pueden ser soslayados por el impacto que producen en la subjetividad: el terrorismo de estado o el fenómeno económico del corralito en el 2001, caracterizados por la instalación de legalidades transgresivas. Pensamos en un Psicoanálisis siempre abierto en transferencia o en el lazo con otros discursos a develar los mecanismos del poder, evitando las complicidades y silenciamientos que muchas veces se filtran en los reduccionismos. La sólida formación teórica articulada a la práctica permite estar advertido de los riesgos siempre presentes del teoricismo abstracto como así también del pragmatismo más puro, de los esnobismos e imposturas intelectuales, que nos alejan tanto de la rigurosidad académica como de la profesional.

La carrera de Psicología ﷓que es de responsabilidad social﷓ está fundamentalmente dirigida a formar psicólogos en una ética de la responsabilidad y no de la inimputabilidad.

1) Responsabilidad en no avalar una política del olvido de los acontecimientos histórico﷓sociales, porque es el contexto histórico﷓social de nuestro país, un significativo escenario desde donde se produce la subjetividad.

2) Responsabilidad en no olvidar la representación de futuro, porque dejar de lado el futuro es condenar al no proyecto, al encierro de "lo ya dado" y también a la justificación de las desigualdades. El futuro también depende en como se organicen las condiciones del presente.

3) Responsabilidad fundamentalmente en no ser extemporáneo, como quien observa soberbio e indiferente desde el Olimpo el dolor de los demás. En síntesis responsabilidad en no dejar de mirar, escuchar e intervenir en el complejo y sensible tema de la justicia social.

* Doctora en Psicología. Docente Facultad Psicología UNR. Psicoanalista.