Jueves, 7 de agosto de 2014 | Hoy
PSICOLOGíA › EL ESPECTRO AUTISTA
Por Sergio Zabalza*
Tanto en la web como en las redes sociales circulan notas, versiones y opiniones según las cuales una estrella deportiva estaría aquejada por una variante del espectro autista denominada síndrome de Asperger. Lo notable es que los sujetos comprendidos en este diagnóstico suelen mostrar tanta expertise en algún campo del saber como torpeza motora e inadecuación para compartir juegos con pares, habida cuenta de la falta de empatía que los distingue. Más allá del evidente desajuste entre aquellos aventurados juicios y el famoso deportista en cuestión, lo que hay para destacar es que la ley de Salud Mental prohíbe caracterizar desde el punto de vista psicopatológico a las personas por fuera de los dispositivos terapéuticos autorizados, punto que desde el vamos objeta las notas que enuncian semejantes afirmaciones. Pero hay algo peor.
Algunos de estos artículos pretenden denunciar el sometimiento o el daño que poderosas empresas estarían ejerciendo en este caso sobre el famoso jugador debido a la minusvalía a la que la supuesta enfermedad lo conmina. Como si para estar condicionado bajo un régimen de explotación a manos de los poderes económicos que expolian a este planeta fuera necesario estar aquejado por algún trastorno de índole psíquico.
Estas opiniones incurren entonces en una doble falta: atentan contra el espíritu de la ley de Salud Mental que rige en nuestro país, pero además estigmatizan a toda persona que pudiere ser sospechada de estar afectada por algún conflicto psicopatológico, sea por la vía de la victimización o de la subestimación de su capacidad para discernir. Se trata de una maniobra paternalista que flaco favor le hace a la opinión pública siempre sensible a los avatares de las personas con quienes más se identifica, y mucho menos a quienes por su especial constitución subjetiva, transitan experiencias un tanto diferentes a eso que el sentido común suele llamar normalidad, concepto de por sí más que discutible y arbitrario. En cuanto a la estrella en cuestión, considero que le sobra cintura y capacidad para dejar pasar o eludir las patadas que a diario le suelen arrojar los advenedizos y oportunistas de siempre.
*Psicoanalista. Equipo de Trastornos Graves Infanto Juveniles del Hospital Alvarez.
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