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Jueves, 16 de agosto de 2007

PSICOLOGíA › ANTICIPO DE LA CONFERENCIA QUE DICTARA BOTBOL

Técnicas del psicodiagnóstico

 Por Miriam Botbol *

¿Cómo conseguir que un proceso psicodiagnóstico se desarrolle adecuadamente? ¿Cómo lograr que el esfuerzo enriquezca a los que participan en él? ¿Cómo crear buenas condiciones para que emerja, con la mayor espontaneidad posible, aquello que deseamos observar?

El que trabaja con niños siempre tiene que tomar en consideración lo evolutivo. Ya sea que se utilicen pruebas proyectivas, de madurez, de inteligencia, hora de juego o Rorschach, está muy claro que entre un niño de 4 años y otro de 8 años hay grandes diferencias. Hay que conocer cómo varían las características del juego, del modo de expresarse o de dibujar. También los adolescentes utilizan poses o expresiones, típicas de su edad, que sonarían muy extrañas si se tratase de un adulto.

Otro punto importante es tener en cuenta algo que pudiera parecer obvio: los niños y los adolescentes son traídos a la consulta por sus padres. Ellos participan en el proceso de diagnóstico aportando información, acompañando a sus hijos y cumpliendo una función complementaria de la del psicólogo en la tarea de ayudarlos a crecer.

Así, durante las entrevistas preliminares se intenta establecer la denominada "alianza terapéutica" que permite que los participantes (tanto adultos como los propios niños) cooperen para el buen desarrollo del proceso. También se aclaran las condiciones en las que éste se llevará a cabo, el llamado setting o encuadre.

Hacer una buena selección de la batería de tests permite no alargar innecesariamente la tarea y focalizar mejor en función de aquello para lo que se hace el diagnóstico. Para obtener mayor profundidad es preferible la utilización de pocos instrumentos, pero que se conozcan muy bien.

El cierre del proceso diagnóstico se hace a través de lo que se ha generalizado en llamar "devolución". Es el momento de la integración final de las informaciones recibidas y de lo que se fue comprendiendo a través de las pruebas que se pasaron. Un momento de síntesis, en el cual hay que emplear un lenguaje adecuado que permita que el receptor amplíe la comprensión acerca de sí mismo.

Diagnosticar no es una tarea sencilla, pero un buen diagnóstico puede ahorrar muchos sinsabores a los niños, adolescentes y a sus familias.

* Psicoanalista - Residente en Barcelona

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