Si algo hacía falta para que Rosario siga siendo objeto de estudio sociopolítico ha sido el resultado electoral del día de ayer. Una vez más el electorado de la ciudad más importante del interior del país ratificó su capacidad de selección, no ya por haber preferido a Elisa Carrió sobre Cristina de Kirchner, sino por poner en evidencia una autonomía de pensamiento que no puede ser arriada por campañas, promesas, anuncios o inauguraciones. La elección del 2 de setiembre, que marcó el triunfo de Hermes Binner después de un cuarto de siglo de administraciones peronistas, fue un envión importante para la formula Carrió-Giustiniani que tuvo sus mejores performances en los grandes centros urbanos.

Al cierre de esta edición, en el bunker socialista --sin dudas la fuerza determinante dentro de la coalición en Santa Fe-- se hablaba de la posibilidad de colocar el mismo número de diputados que el Frente para la Victoria. En el sector liderado por Jorge Obeid, había confianza en que los votos del interior provincial le permitieran al Gobernador exhibir un triunfo en la provincia que le hiciera posible arrojar el lastre del 2 de setiembre, cuando su candidato hizo perder al PJ un invicto histórico.

El 5 a 5 en la distribución de la bancas de diputados nacionales es un empate con sabor a victoria para la Coalición Cívica.

Si bien Hermes Binner priorizó su futuro vínculo con la ahora electa Presidenta, y no participó de la campaña, sus últimas declaraciones (anunciado el voto a Lilita y el triunfo de Cristina en primera vuelta) lo deja en una posición inmejorable para transformarse en uno de los dirigentes de recambio en los primeros planos de la política nacional. Binner sigue siendo el dirigente más votado en la provincia y en la ciudad que gobernó por 8 años, despues de esta tanda de tres elecciones en el mismo año. Que el socialismo haya retenido casi las dos terceras partes de los votos de setiembre, contrastan con la debacle del PRO en Capital Federal, donde Ricardo López Murphy apenas pudo conservar 1 de cada 5 votos de los que Mauricio Macri cosechó para ser Jefe de Gobierno.

Se abre una nueva etapa, no solo por que por primera vez una mujer resulta electa Jefe de Estado, sino porque algunos nombres, a partir de anoche, deberán pasar a cuarteles de invierno.

Para Santa Fe comienza un período en el que por primera vez habrá una posibilidad de proyección nacional que no debería depender de la ululancia ideológica de la fundadora del ARI. Mas allá de los discursos de campaña, de los resultados electorales, lo que marca las diferencias son los actos en gestión; por eso mismo será fundamental para el futuro analizar las asignaciones presupuestarias, los alineamientos internacionales y fudamentalmente el cumplimiento de un plan de gobierno que por lo general suele transformarse en un cartapacio archivado en un estante.